Está claro que Ben Affleck es mucho mejor director que actor, tanto es así que puede decirse que el principal hándicap de su película es su propia actuación, un tanto falta de matices, aunque muy correcta.
"The town" narra la historia de una banda de ladrones que sigue la estela de uno de los oficios tradicionales de un barrio de Boston. Su especialidad son los golpes rápidos y eficaces, realizados con el cronómetro en la mano, en los que intentan hacer el menor daño posible a las personas. En una de estas acciones, toman como rehén temporal a la joven directora de un banco, que resulta ser una vecina del barrio. Doug (Ben Affleck), el cerebro del grupo, inicia un acercamiento a ella para asegurarse de que las identidades de la banda no corren peligro. La atracción entre ambos es mutua y se va a iniciar una historia de amor que va a traer problemas a Doug.
La primera referencia en la que se piensa cuando visionamos esta película es en "Heat", de Michael Mann, otra película de ladrones y policías rodada desde una perspectiva humanista. Las escenas de acción, uno de los puntos fuertes del film, también parecen haber sido rodadas teniendo presente el espíritu del director de "Enemigos públicos". Personalmente, me gustó mucho más la persecución que se produce después del asalto al furgón blindado, rodado con mucho más brío y realismo, que el exagerado tiroteo del final, aunque en ambos se nota el buen oficio del director.
El asunto central que quiere tratar Affleck es la posibilidad de olvidar el pasado y comenzar de nuevo. Doug no lo tiene nada fácil, pues para bien y para mal, es un hijo de Charlestown, con una historia trágica y muchas cuentas pendientes con distintos personajes de su barrio. La historia de amor que protagoniza con la directora del banco, detonante de su deseo de cambiar, no es demasiado convincente, quizá por la falta de química entre ambos actores, quizá por los diálogos un tanto absurdos que el guión les proporciona. Aún así, aunque el encaje de esta parte de la historia es algo forzado, sirve para catalizar las relaciones de Doug con el resto de los miembros de su banda (con los que se ha criado desde niño) y con el mafioso del barrio, que le revelará dolorosos episodios relacionados con sus progenitores y, al fín, con su propio padre, encerrado prácticamente de por vida en prisión, reflejo de la pesadilla en la que se puede convertir su propia vida si comete el más mínimo error en sus pasos.
Poniendo todo esto en una balanza, "The town" constituye una película muy digna, reflexiva y espectacular a un tiempo, que me deja con ganas de seguir la carrera (como director) de Affleck y de visionar su anterior trabajo, "Adiós, pequeña, adiós", muy celebrado por la crítica en su momento.