Inmerso en una investigación cuyo fin es separar las dos naturalezas del hombre, el Dr. Jekyll (Paul Massie) degenera en el amoral Mr. Hyde (Paul Massie). Ahora su objetivo es vengarse de Paul Allen (Christopher Lee), el hombre del cual está enamorada su esposa (Dawn Addams).
Luego de haber adaptado con éxito los relatos de Mary Shelley y Bram Stoker, la compañía británica Hammer Films continuó explotando algunos de los relatos que un par de décadas antes había adaptado la Universal. En esta ocasión el texto seleccionado por los cerebros del estudio sería “Strange Case of Dr. Jekyll and Mr. Hyde”, del escritor británico Robert Louis Stevenson. Cabe recordar que en aquella época la Hammer se caracterizó por filmar numerosos éxitos de taquilla ligados al género de terror, con los cuales intentaban expandir los límites del género, enfatizando el drama, la caracterización e incluso añadiendo algunos trasfondos filosóficos, los cuales se presentaban en forma de producciones de gran factura técnica y artística que en ocasiones se acercaban más al drama de época que al cine de terror. Este es precisamente el caso de “The Two Faces of Dr. Jekyll”, una de las tantas películas que el director Terence Fisher filmó para el estudio. De sus colaboradores habituales, Fisher sólo mantendría al director de fotografía Jack Asher y al diseñador de producción Bernard Robinson, mientras que como protagonista contaría con la participación del desconocido actor canadiense Paul Massie.
El guión escrito por Wolf Mankowitz en cierta forma reinventa el relato de Stevenson. Usualmente, el Dr. Jekyll es retratado como un hombre aproblemado mientras que Hyde es presentando como una bestia asesina que se ampara en la oscuridad de la noche para cometer sus crímenes. Sin embargo, en esta ocasión el Dr. Jekyll es presentado como un hombre de aspecto descuidado que exhibe algunas actitudes antisociales, el cual prefiere recluirse en su laboratorio antes de pasar algo de tiempo con su esposa. Esto ha llevado a que ella comience un amorío con su amigo Paul Allen, un adicto al juego que constantemente le está pidiendo dinero a Jekyll para saldar sus deudas. Mr. Hyde en cambio, ya no es un monstruo indeseable sino que es un hombre apuesto y encantador, cuyo éxito social le ayuda a obtener todo lo que él desea, incluso algunas mujeres que parecen inalcanzables para el resto de los hombres. Inicialmente, el violento alter ego de Jekyll se impondrá como objetivo disfrutar de todos los placeres que Londres tiene para ofrecerle. Sin embargo, pronto comienza a perder el control cuando las frustraciones de Jekyll comienzan a afectarlo.
Esta variación es precisamente lo que convierte a esta producción en un film especial. Tradicionalmente, la novela de Stevenson claramente gráfica la lucha entre el bien y el mal, mientras que en esta ocasión la diferenciación de la naturaleza de las “dos mitades” del protagonista no está tan marcada. Si bien Hyde representa al lado oscuro del protagonista, al espectador le resultará difícil empatizar con Jekyll porque no es ningún santo. Es ahí cuando la película se mete de lleno en un problema filosófico y nos obliga a preguntarnos quién es peor, si Jekyll quien se ha condenado a una vida patética impulsada únicamente por su obsesión y el sentimiento de culpa que este siente por las acciones de Hyde, o este último quien en su búsqueda interminable de placer termina descendiendo en un espiral de violencia el cual no hace más que reflejar su total desprecio por la vida humana. Ambos extremos están inevitablemente ligados a la tragedia, razón por la cual esta película generalmente es considerada como una de las versiones cinematográficas más profundas de la novela ya que requiere un estudio emocional más detallado para intentar determinar qué lado saldrá victorioso.
Si hay algo que une al Dr. Jekyll con su alter ego, es la frustrante relación que ambos mantienen con Kitty, la esposa del protagonista. Kitty podrá no ser una esposa fiel, pero está verdaderamente enamorada de Paul y desea acabar con la hipocresía de su matrimonio. Además, ella es la única que desde un inicio siente cierta repulsión hacia Hyde. Paul por su parte, si bien es un truhán y un desvergonzado, también es un hombre que depende hasta cierto punto de su amigo. Es su debilidad por el dinero fácil y un minúsculo sentimiento de culpa lo que le impide llevarse a Kitty consigo y terminar con el triangulo amoroso que ha convertido la vida de Jekyll en un infierno. Es la impotencia de no poder recuperar a su mujer y el odio que siente hacia quien pregonaba ser su amigo, lo que motiva al doctor a recurrir a su alter ego quien es capaz de realizar todo aquello que él no se atreve a realizar. Sin embargo, Hyde no está dispuesto a vivir dominado por Jekyll, por lo que gradualmente comenzará a intentar reprimir para siempre a quien ve como el único vestigio de su debilidad.
En el ámbito de las actuaciones nos encontramos con un elenco que se caracteriza por realizar un buen trabajo interpretativo. Paul Massie interpreta de buena manera a un Jekyll atormentado por su entorno y por sus propios fantasmas, mientras que su interpretación de Hyde si bien resulta correcta, por momentos tiende un poco a la sobreactuación. Lo que si hay que reconocerle al actor, es que hace un estupendo trabajo interpretando a los dos personajes como las dos caras de una misma moneda. Christopher Lee, acostumbrado a interpretar a personajes siniestros o malvados, en esta ocasión interpreta de manera perfecta a un hombre claramente inmoral que al mismo tiempo se muestra vulnerable. Si bien su amor por el dinero es innegable, es su amor por Kitty lo que realmente guía sus acciones y lo que en un determinado momento lo lleva a enfrentarse a Hyde. Por último cabe destacar la labor de Dawn Addams, quien interpreta a una mujer de armas tomar que es seductora y fuerte a la vez. Por otro lado, la cinta cuenta con la estupenda dirección de fotografía de Jack Asher, el deslumbrante diseño de producción de Bernard Robinson, y la efectiva pero rápidamente olvidable banda sonora compuesta por David Heneker y Monty Norman.
El hecho de que la cinta se presenta más como un drama que como un film de terror, que presenta un ritmo narrativo más bien pausado, y que además integra dos números musicales que poco y nada aportan a la historia (y que causaron ciertas críticas por parte de los organismos de censura, en especial la escena donde una bailarina mete en su boca la cabeza de una serpiente), provocó que al momento de su estreno “The Two Faces of Dr. Jekyll” obtuviera pobres resultados de taquilla. En un último intento por obtener ganancias, la Hammer volvió a estrenar el film bajo los títulos “Jekyll´s Inferno” y “House of Fright”. Sin embargo, esto no ayudó en lo más mínimo a atraer gente a las salas de cine. Este fracaso comercial provocó que la cinta pasara al más completo olvido, negándosele el estatus de film de culto que merece. “The Two Faces of Dr. Jekyll” es una pequeña joya de la Hammer, cuyo mérito es darle un giro interesante a una historia que ha sido adaptada decenas de veces, logrando que esta adquiera nuevos matices. No son muchos los elementos que uno puede reprobarle a este film, el cual a mi gusto merece estar al tope de la lista de las mejores adaptaciones de la novela de Stevenson.
por Fantomas.