The Vampire Diaries remata una quinta temporada floja con un gran final

Publicado el 14 junio 2014 por Dro @Drolope

Ante todo, una breve presentación. Mi nombre es Eva y soy una casi socióloga de Valencia. No recuerdo de dónde o cuando me viene mi amor por las series, pero en la actualidad resulta algo innegable. Esta será mi primera entrada pero espero que no la última. No tengo una serie favorita, sino un buen montón, por lo cual escribiré sobre varias series nuevas y puede que sobre alguna que otra vieja que se me haya quedado atrás. Por supuesto, pienso disfrutar expresando mi opinión y espero que de igual manera, vosotros disfrutéis también. Bien, no me enrollo más. Aquí os dejo la crítica del final de la quinta temporada de The Vampire Diaries:
Este final me ha parecido verdaderamente impactante. Después de una quinta temporada básicamente floja hasta que la trama de los viajeros auspició un poco el interés, The Vampire Diaries (Crónicas Vampíricas en España) se ha coronado con un final que te deja expectante para conocer las próximas aventuras, planes y movimientos de nuestros protagonistas. Vayamos por partes:
En primer lugar, los viajeros, unos personajes bastante sencillos, que solo poseen poder en su forma comunitaria, resulta que tenían la intención de acabar con toda magia y por tanto, como todo lo que pasa en ese pueblo, resultaba un peligro para los protagonistas, puesto que en sus inicios el vampirismo se creó mediante la brujería. Bien, pues llevan a cabo el plan, y todos nuestros vampiros favoritos se ven vueltos a su forma anterior, la cual es la muerte, por lo que cada uno va sufriendo los efectos relativos al momento de su defunción. Cabe decir que, en esta serie, lo más sobrenatural de todo son la cantidad de muertes que se han producido.
Como no podía ser menos, el emblemático Damon crea un plan, entre sus característicos e imprescindibles discursos cargados de sarcasmo, para salvar a su hermano Stefan, muerto (cómo no) en el capítulo anterior. Entre este maremágnum de planes y estrategias, Bonnie, ancla del portal sobrenatural, tiene el propósito de que todos los muertos importantes vuelvan a la vida mediante una mezcla de brujas, hechizos y viajeros. Por supuesto y como pasa durante toda la serie, Bonnie es la que acaba sacrificándose por sus amigos, puesto que ella va a morir. Sinceramente, esta chica se merece mucho más protagonismo, puesto que siempre acaba pagando el pato de todos, pero la que acaba desempeñando el papel de mártir, sea por una cosa u otra, es Elena. Pero bien, haré referencia a Elena más tarde.
Siguiendo con el tema, como cabría esperar en el capítulo en el que los difuntos tienen que volver a la vida, mueren el resto de protagonistas principales en un abrir y cerrar de ojos. Llevan a cabo el hechizo, y acaban salvándose todos a excepción de Bonnie, ya mencionada antes, y Damon. Sí, Damon, uno de los personajes más adorados por un comportamiento que relaciona al chico sexy malote con una dulzura caballeresca, muerto. Espero que para la próxima temporada tramen un plan elaboradísimo para salvarle, porque de lo contrario esta serie va a perder muchísimo interés. Y, por supuesto, espero que Alaric, el atractivo madurito y fiel amigo, haya vuelto para quedarse. En este contexto, resulta ciertamente extraño que justamente cuando Damon tiene dos amigos vivos, a sabiendas que no es muy dado a este tipo de relaciones, muera.
Por último, y no podría ser para menos, Elena pierde a su amor justamente cuando se había declarado de forma definitiva a él. Un aspecto que me resultaría dramático y rocambolesco en la serie si no fuera por el hecho de que esta chica siempre está perdiéndolo todo, y por este motivo se pasa las temporadas en una mezcla de histeria y lloriqueos que cansan.
Por supuesto, aunque parece que entre Caroline, mi favorita, y Stefan, exista una tensión sexual no resuelta, siempre mantendré la esperanza de que en la próxima temporada vuelva Klaus para cumplir aquello que dijo a Caroline: “Él es tu primer amor, yo intento ser el último”.

                                                                                                                          Eva Bel.