Directora: Sofia Coppola
"¡Ay, nadie me dijo que ser periodista de espectáculos era tan complicado! ¿De qué manera puedo responder a la confianza dejada en mí por mis padres y mi jefe? Necesito algo bueno, algo que justifique cinco años de universidad, algo que me demuestre mi talento. ¡Necesito una señal!". "Oye, ¿supiste que la actriz esa de 'Stranger Things' reveló su orientación sexual?". "¡Gracias, Dios!". Oh, como sea, Sofia Coppola compite por la Palma de Oro en Cannes 2017 con "The Beguiled", y como acá estamos haciendo un repaso de cara al festival de festivales, me dije, "oye chato, ¿por qué no ves un par de películas de Sofia?", y yo dije, "ok, bueno, de todas formas siempre he querido ver 'The Virgin Suicides'". Y acá estamos.
Me ha encantado la opera prima de Sofia Coppola. Es pura atmósfera. Un fiero caudal de sensaciones e impresiones. Hipnótica nostalgia. Deslumbrante memoria. Deliciosa mezcla de dulzura y melancolía, de ligereza y desolación. Refrescante y punzante retrato. Mala leche pero frágil y delicada. "The Virgin Suicides", más que un argumento propiamente tal, es la viva, sugerente y fulgurante expresión de un momento de límites o magnitudes tan inciertas como difusas, pero de un indeleble carácter intemporal y sobrecogedor. La historia de las hermanas Lisbon (basada en el libro del mismo nombre que, por lo demás, es ficticio) es recordada por uno de los tantos muchachos fascinados con estas chicas, trayendo a colación distintos episodios que eventualmente conducen al suicidio de las mismas (naturalmente hay un certero desarrollo de los conflictos que provocan tal reacción aunque no sea, por cierto, un estudio psicológico del suicidio y sus causas, si bien los personajes presentan una precisa pero profunda construcción). El relato se presenta como un trayecto por la memoria, por esos sinuosos senderos rodeados de insondables bosques y lagunas imposibles de penetrar, cuyas estaciones ofrecen ventanas al primer amor, a la primera decepción, al pulcro vecindario lleno de gente hipócrita, al anodino estilo de vida del estadounidense medio, a la falsedad de la gente, a la intensidad vital cercenada, etc. La verdad es que no sé muy bien cómo describir esta película, a mí me ha parecido brillante en su estilizada sencillez, en sus personajes complejos pero cercanos y de carne y hueso, en su tragicómico retrato de... qué sé yo, la pérfida pérdida de la inocencia, el cruel desvanecimiento de los sueños, la imperceptible desesperación adolescente, el dolor de crecer y perder, ¡no lo sé! No se puede explicar con palabras...
Y, por supuesto, espectacular Kirsten Dunst. Como siempre, la verdad sea dicha.
Maravilloso film.