The Visitor (Thomas McCarthy, 2.007)
Ficha:
Título Original: The Visitor.
Director: Thomas McCarthy.
Guionista: Thomas McCarthy.
Intérpretes: Richard Jenkins, Hiam Abbass, Haaz Sleiman, Danai Jekesai Gurira, Marian Seldes, Maggie Moore, Michael Cumpsty, Bill McHenry, Richard Kind, Tzahi Moskovitz, Amir Arison, Neal Lerner.
Productores: Michael London, Mary Jane Skalski, John Woldenberg.
Fotografía: Oliver Bokelberg.
Música: Jan A. P. Kaczmarek.
Montaje: Tom McArdle.
Nacionalidad: Estados Unidos.
Año: 2.007.
Duración: 104 minutos.
Edad: 7 años.
Género: Crimen, Drama, Musical, Romántica.
Distribuidora: Isaan Entertainment, S. L., Karma Films, S. L.
Estreno: 13-03-2.009.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 178.263.
Recaudación: 1.082.992,43 €.
Calificación: 6,924.
Sinopsis:
Walter Vale, de sesenta y dos años, camina como sonámbulo por su propia vida. Perdida su pasión por enseñar y escribir, llena su vacío existencial intentando infructuosamente aprender a tocar el piano clásico. Cuando su universidad le envía a Manhattan para asistir a una conferencia, Walter queda sorprendido al descubrir que una joven pareja se ha instalado en su apartamento. Víctimas de una estafa inmobiliaria, Tarek, de nacionalidad siria, y Zainab, su novia senegalesa, no tienen adónde ir. En la primera de una serie de pruebas para su corazón, Walter permite de mala gana que la pareja se quede con él.
Comentario:
Actor en activo, Thomas McCarthy ha tardado en ofrecer su segundo film como realizador tras “The Station Agent (2.003)”. Manteniendo el tiempo de su predecesora, esta segunda entrega presenta a Richard Jenkins -el padre fantasma de “A dos metros bajo tierra”- en la piel de un viudo que descubre en su piso de Nueva York a una pareja de emigrantes ilegales. Su reacción no será la lógica y, superando un inicial distanciamiento, acabará estrechando lazos casi familiares con los recién llegados.
Crítica:
16-03-2.009 – JOSU EGUREN
Historias mínimas
Después de un largo trimestre plagado de títulos prescindibles, la aparición de una pequeña joya como “The Visitor” es una grandísima oportunidad para reconciliarse con el buen cine. Redebuta Tom McCarthy (“Vidas cruzadas”) con una minúscula historia que se abre plano a plano como una muñeca rusa. La primera pieza es Richard Jenkins, actor mayúsculo, que aquí interpreta a Walter Vale, un maduro profesor universitario a través del cual McCarthy nos muestra el drama de los ‘sin papeles’ en los EEUU. Inmigrante dentro de su propia casa, de ahí el título, el personaje de Jenkins acaba compartiendo espacio vital, y emociones íntimas, con una pareja de ocupas accidentales que le ayudan a reengancharse a la vida. Sutilmente, McCarthy va despojando a su personaje de una máscara forjada de frágil hieratismo, al tiempo que desentumece nuestros músculos faciales con el ritmo contagioso de la música, sin anunciarnos el giro dramático que tomará la historia en dirección a posiciones más comprometidas. Llegados a este punto Ken Loach se aferraría a una pancarta, y más de un espectador se borraría del discurso, pero McCarthy, que no renuncia a la crítica, introduce un nuevo personaje para elevar al cenit el vuelo de la película. Aparece Hiam Abbass, imperial, en el papel de una elegante madre coraje que hace palpitar el corazón de Walter con latidos de una frecuencia desconocida, y la historia se abre para mostrarnos que sus múltiples conexiones nerviosas terminan en el corazón del público. Hay un director tras la cámara, pero la manipulación del lenguaje se reduce a su expresión mínima, síntoma de que alguien confía en la inteligencia del espectador para completar los huecos vacíos. McCarthy apenas subraya, no sobreexplica, y evita la tentación de colocarnos zancadillas dramáticas que suelen ser propias de los mamporreros sentimentalistas. Absténganse los plañideros profesionales que disfrutaron con la sádica eutanasia de Amenábar, esta es una buena película.