Seantojaba imposible que Griñan, perfecto paradigma de cadáver político, no sólosin constantes vitales, sino pútrido y descompuesto de eres e invercarias, dechóferes mamporreros y aludes de coca, pudiera salir en pie de estos comicios,pero así ha sido. No en vano, resucitó a Felipe Gonzalez, trasunto del cadáverdel Cid amarrado a su caballo, como última y desesperada tentativa.Estavictoria contra natura y desconcierto de sociólogos prueba que, al menos en elsur de España, resulta más difícil de lo normal establecer una alternancia enel poder, y el PSOE andaluz, versión local del PRI, escándalos incluidos, se haenquistado en el poder como esas lapas que se aferran al casco de los barcos detal modo que resulta imposible arrancarlas sin destrozar el maderamen.También, que votar al PSOE se ha convertido enuna suerte de vicio inconfesable, de ahí que ninguna encuesta se aproximase ala verdad.