Spoiler
Este domingo Walking Dead volvió a las pantallas, con el episodio que estábamos esperando, ‘The Suicide King’, el noveno de esta temporada que tendrá un total de 16 episodios, el último se emitirá el 31 de marzo.
Desde antes de navidad los fans han estado en vilo esperando el desenlace de Made to Suffer en el que acabamos viendo a Merle y Daryl Dixon en el círculo de las peleras en Woodbury preparados para luchar, pelea que por cierto, pensé sería algo más impresionante, quizás me esperase ver con algo de rabia contenida por parte de ambos, puede que más adelante…, por lo pronto el grupo de supervivientes a perdido a uno de los luchadores principales, dejando a Carol dolida por la perdida de Daryl aún sabiendo que lo hace porque el cree que “es lo correcto”, la familia es lo primero, aunque su familia sea Merle. Al contrario que Glenn que les considera a ellos como su propia familia.
Resumiendo el capítulo podemos ver a un Glenn, más agresivo y frustrado por la impotencia que desea saciar con venganza ( creo que es el personaje que ha evolucionado más en la serie en esta temporada junto al Rick “the boss”), a un Rick cada vez menos cuerdo, viendo apariciones de su esposa muerta, la perdida por el momento de Daryl del grupo, a unos posibles aliados que esperan ser aceptados (salvo otros que quieren tomar el control), y a Andrea que, a pesar de haber visto la otra cara de El Gobernador, a decidido seguir en Woodbury.
Preparanse para ver a estos hermanos, The Dixon Brothers repartiendo a cualquier zombie que se les cruce en su camino, sin duda esta va a ser la apuesta fuerte de AMC y muchos ya la esperaban.
Llamadme inconformista pero, siendo el primero de la segunda mitad y tras la espera, me lo esperaba algo más intenso, o puede ser que tenía tantas ganas de ver el capítulo que se me hizo muy corto jeje, en todo caso aquí les dejo la promo y los dos sneak peek del siguiente episodio, Home del próximo domingo, el que destaca el primer Sneak Peek donde vemos a Daryl intentando convencer a su hermano para volver a la prisión, una muestra más de que sus acciones siguen un sentimiento de culpa o un código de honor, pero no su corazón.