the women

Publicado el 30 octubre 2012 por Enriquestenreiro @soyconfeso
Si metiéramos a Norma Shearer, Joan Crawford, Paulette Goddard, Rosalind Russel, Joan Fontaine, Mary Boland... en una coctelera y la agitáramos (no revolver), tendríamos un cóctel marca George Cukor de la maravillosa cosecha del 39 llamado "Women". Sabría a orgullo, traición, rencor, amor, infidelidad y perdón y, al mismo tiempo, sería sofisticado, divertido y chic.

The Women


Pero comencemos por la trastienda. George Cukor llegó a The Women casi de forma casual. La MGM tenía en mente a Ernst Lubitsch para dirigir esta adaptación de la obra de teatro de Clara Boothe Luce. Sin embargo, al director alemán le fue encomendada otra de las grandes películas del año: Ninotchka. Por su parte Cukor venía de ser "expulsado" de Lo que el viento se llevó (se conservan sus escenas del parto de Melania) y de El mago de Oz (a él le debemos el aspecto final de Dorita) para terminar al frente de The women. Fuera como fuera, en 1939 se estrenaron estas 4 películas (y muchas más), en un año que ya ha pasado a la historia por ser de los mejores cinematograficamente hablando. En cierta medida, opino que todos estos directores salieron beneficiados con los cambios, en especial Victor Fleming (flamante director acreditado en Tara y Oz, a pesar de que su nombre y obra han permanecido en un inexplicable segundo plano. Esto ya lo solucionaremos en HOLLYWOOD REVELADO II), pero también Ernst Lubitsch y, por extensión, Greta Garbo, y quizás Cukor y sus actrices porque, ¿quién mejor que él para dirigir a tanta mujer?
The Women es quizás la primera película de la historia en donde con premeditación y alevosía no aparece ni un solo hombre. Y cuando decimos ni un solo hombre lo decimos de forma contundente: ni a lo lejos, ni de cerca, ni de espaldas, ni entre la gente.... No hay hombres por ningún lado. Se habla mucho de ellos, a todas horas, pero no están. Y este aspecto, yo confieso, me parece original para la época, por no hablar del tratamiento que se le da a ciertos temas universales sin caer en el maniqueísmo. El título, ya de por sí, es una declaración de intenciones: no es The Woman, en singular, o, si siguiéramos la moda literaria actual (qué pesaditos se han puesto todos), La mujer que se vio traicionada y se marchó a Reno , sino Las mujeres. Ese "Las" parece indicar que asistiremos a una revelación hasta ahora oculta, un estudio definitivo sobre las mujeres de finales de los 30´s. Con todo, aquí se tradujo como Mujeres, un título menos generalista, más concreto, más....¿seguro?.

Joan Crawford, Norma Shearer, Rosalind Russell


Por si la película no fuera a tener ya de por sí un marcado toque femenino a las órdenes de Cukor, el guión fue adaptado por dos mujeres: Anita Loos y Jane Murfin (se sabe que el mismísimo F. Scott Fitzgerald también le dio a la tecla aunque no aparezca acreditado, ¿quizás por ser hombre?). Vista la película se puede intuir que la elaboración del guión no pudo ser una tarea fácil: había que sortear las cláusulas del código Hays hablando de mujeres que ponen en duda su papel en la sociedad y, por extensión, la institución del matrimonio. Lo consiguieron a través de dobles sentidos y mucho humor. A todo ello hay que añadirle los toques de Cedric Gibbons en la dirección artísitica y de Adrian en el vestuario. Evidentemente, todos habremos adivinado a qué público iba destinado este film.
Norma Shearer lleva la voz cantante. Su matrimonio hace aguas cuando descubre que el marido le es infiel con una vendedora de unos grandes almacenes a la que da vida Joan Crawford (esta vez sin mucho visón de por medio). Aunque las amigas descubren el pastel poco antes, intentan ocultarle el engaño a la pobrecilla Shearer quien, en un alarde de valentía, encamina su rumbo a Reno para obtener un rápido divorcio. (Reno, ciudad de divorcios y nuevos comienzos... ¿En cuántas películas es Reno el paraíso de mujeres atrapadas en un matrimonio sin final feliz? Yo citaré sólo una: Nacido para matar  de Robert Wise, 1944, la cual, precisamente, arranca en esta ciudad del estado de Nevada.). Allí coincide con otras colegas, como Paulette Goddard. Todas ellas se hospedan en una suerte de edén sin hombres, seguras y aparentemente felices, poniendo en duda todo aquello para lo que han sido educadas.
En definitiva, una comedia por y para mujeres, capaz de meterle algún que otro gol a Hays y compañía y con la que, seguramente, Cukor disfrutó sin la presencia de galanes como Gable. Las actrices, por su parte, y a pesar de tanto destello estelar, están solventes  y divertidas, en especial Paulette Goddard y Rosalind Russell. Como anécdota, la presencia de una de las víboras de Hollywood, Hedda Hopper, quien interpreta a su alter ego.

EL REMAKE
Como parece que todo ya ha sido inventado, en el año 2008, Diane English, creadora de la serie Murphy Brown, entre otras, realiza un remake de la película de Cukor. Evidentemente, Reno ya no tiene sentido, así que decide sustituir esta parte por la realización personal de la protagonista: presentar su propia colección de moda. Si en 1939 Norma Shearer protagonizaba la cinta de Cukor, ahora, una estiradísima Meg Ryan es la encargada de sufrir en sus propias carnes el adulterio. Las amigas en cuestión son Annette Bening, Debra Messing y Jada Pinkett Smith. La harpía que le roba el marido a Ryan, es interpretada por Eva Mendes. ¿Qué ocurre? Pues que todo el discurso implícito que mostraba la cinta de Cukor, se queda aquí en nada, lo que nos lleva a concluir que una película que tenía todo su sentido en el año de su realización no lo tiene  setenta años después.

The neo-women