Imaginad que Tarantino encargara a Arcade Fire una canción para acompañar las imágenes de alguna de sus películas: muy seguramente, se parecería mucho más a esta fascinante “The World Ender” que acaba de compartir Ben Schneider, que a la épica incendiaria que asociamos con los canadieneses. Lord Huron no es ningún extraño por estas tierras: ya hubo ocasión de comentar por estas páginas lo muy interesado que parecía en 2013 en emular los aciertos de Fleet Foxes, y lo cerca que quedaban a veces sus intenciones de igualar la pegada de Local Natives. La versión que ofrece Lord Huron de sí mismo en 2015 parece haber dejado esos referentes a un lado, y aunque no deja de ser cierto que en lo principal es el mismo perro con distinto collar, yo diría que ha salido ganando con el cambio.
La canción avanza el que será el próximo álbum de Lord Huron: su título será “Strange Trails” y la publicación está prevista para este próximo 7 de abril, de la mano de IAMSOUND Records. El disco contará con una portada deliciosamente vintage y un subtítulo, “14 songs from the unknown,” que probablemente tenga más de eslógan comercial que de realidad, pero que por lo pronto invita a soñar. Y además -esto es lo más importante- están las canciones que hemos podido escuchar hasta el momento: mentiría si dijera que la cosa no podría llegar a ponerse interesante.
Veamos: las guitarras de “The Night We Met” proponen sin disimulo una evocación de las baladas de los 50, aunque finalmente el resultado no acaba demasiado lejos del sonido indie-folk de un montón de grupos contemporáneos. Bonita, aunque quizás la peor de las pistas anticipadas hasta el momento. “Fool For Love” redoblaba la apuesta por el rock añejo, sin acabar de decidirse sin embargo por el bando en el que quería jugar, si el de Buddy Holly o el de unos Win Butler y compañía hasta arriba de azúcar. “Hurricane (Johnnie’s Theme)” sumaba a lo anterior unas palmadas de lo más adictivo, pero diría que es el pastiche de “The World Ender” el que supone un salto cualitativo: a este tema le ocurre exactamente lo mismo que a algunas escenas de las películas del mencionado Tarantino, en las que renunciamos a la concordancia o la fidelidad al contexto, en favor de su fuerza como imágenes y su capacidad para reelaborar los géneros.
Así, la canción no esconde su condición de escenario de cartón piedra: ni la épica del western, ni sus aires fronterizos, ni su sonido retro dejan de ser el disfraz que Ben Schneider se ha ajustado para este su último disco, pero oye, qué atuendo más chulo le ha quedado. Como una novelita de pulp de la que no esperamos profundida psicológica, sino pistolas, tipos duros y mujeres fatales con las que es mejor no mezclarse (pero con las que resulta imposible no hacerlo), “The World Ender” tiene la pegada que justamente echábamos en falta en las anteriores canciones del grupo de Los Angeles. Es sexy, trae las botas cubiertas de polvo del desierto, y es tan pegadiza que al final no importa demasiado si viene de las auténticas rocosas o del mini-hollywood almeriense. Y por si esto fuera poco, iría que ni pintada para que Salma Hayek se volviera a enroscar una serpiente pitón en el cuello: eso es algo que, mecachis, siempre merece ser celebrado.