Santas Valentina y Thea, vírgenes, y Pablo; mártires. 25 de julio.
Llevada ante el gobernador Firmiliano, este le amenazó con llevarla a un lugar de prostitución para corromperla si no renunciaba a la fe cristiana. Pero la respuesta de Thea fue una reprensión a los dioses paganos y su religión. Ante esto, la condenó el gobernador a ser azotada y padecer en el potro, donde le desgarraron los costados con garfios de hierro. Viendo tal espectáculo, se adelantó de entre el gentío otra cristiana prominente, llamada Valentina, que tenía voto de virginidad, que clamó “¿Hasta cuando atormentaréis a mi hermana?”, por lo que fue apresada, y obligada a sacrificar a los dioses, pero ella, antes de tocar con sus manos el incienso de los ídolos, pateó el altar, derribándolo. Por ello fue sumada a Thea en los tormentos. Finalmente, al no lograr reducirlas a renegar de Cristo, las encadenaron y arrojaron vivas al fuego. Uno de los cristianos que allí se hallaba, de nombre Pablo, también confesó a Cristo, fue atormentado y finalmente decapitado.
Eusebio de Cesarea, que es quien relata esta historia, las llama feas sin más, pues dice eran “más semejantes a varones que a hembras, de aspecto despreciable, pero con firmeza de espíritu superior a la de todos sus compañeros”.
Fuente:
-"Vidas de los Padres, Mártires y otros principales Santos". Tomo VII. P. JOSÉ ALONSO ORTIZ. Valladolid, 1790.