Si planteamos los temas de Comercio más allá de todas las evidencias que se han acumulado durante los años, por ejemplo sobre el efecto devastador que tienen sobre las economías de muchísimos países los subsidios agrícolas (ya sea de la Unión Europea o de los EEUU) está la indignación moral: sirve el ejemplo sobre las vacas de los países de la OCDE que reciben 2 dólares diarios de subsidio mientras que la mitad de la población del mundo vive con menos de 2 dólares al día. Pero cuando llega el momento de discutir las políticas agrícolas hay un lío en Bruselas, están allí los agricultores, los campesinos, hasta la reina de Inglaterra (una de las principales beneficiarias de los subsidios agrícolas) y hay una cantidad de sectores perjudicados que hacen que sea imposible obtener una modificación de la política agrícola. Chocamos contra esa barrera porque hay quienes pierden en ese cambio y porque no se han diseñado mecanismos suficientemente convincentes de compensación.
Si atacamos los paraísos fiscales, la economía outshore, los flujos financieros secretos, nadie pierde, más bien todos ganan. Las estimaciones que se han hecho sobre qué significaría en términos de ingresos perdidos por los estados, lo que dicen justamente es que muchos de los estados más ricos del mundo estarían generando ingresos adicionales, lo cual entre otras cosas les permitiría aliviar la carga impositiva del resto de sus ciudadanos si se pudiera poner freno a estas políticas económicas. Hay que romper el sistema,porque rompiéndolo hay alternativas.