Estos partidos iniciales de las primeras rondas de la Copa siempre traen pocos alicientes en cuanto al resultado se refiere, pero en cambio siempre son atractivos para poder ver en acción jugadores no habituales y jugadores del filial. Y en este sentido hoy ha destacado por encima de todos un joven brasileño llamado Thiago Alcántara.
Y no sólo por el excelente partido que ha realizado donde ha proporcionado tres asistencias de los cinco goles conseguidos, donde además ha sido amo y señor del centro del campo, mostrando múltiples muestras de su calidad, sino porque hoy ha confirmado a todos, tanto a los que creemos ciegamente en él desde hace meses, como en los que aún tenían dudas, de que es ya un jugador del primer equipo y de que si las cosas siguen su curso natural este año será sin duda el de su consagración, como lo fue para Busquets y Pedro en los dos primeros años de Guardiola.
Y por lo que ya se le ha visto en el B, por lo visto hoy y por lo que se le intuye no estamos ante un jugador cualquiera, sino que estamos ante una futura estrella del Barça de la próxima década (o de ésta según quién haga el cálculo) y ante el sucesor de Xavi e Iniestinho. Obviamente decir esto es una osadía sólo al alcance de descerebrados como yo, y el mundo del fútbol está lleno de jugadores que apuntaban grandes maneras de crack (me viene a la mente sobre todo De la Peña) y por determinadas circunstancias se han quedado a mitad del camino. Dejemos que Pep haga su trabajo, pero estamos ante un jugador como mínimo para jugar ya en el primer equipo y con el tiempo convertirse en un jugador muy importante.
Pero no sólo de Thiago ha vivido el partido de Copa hoy, aunque lo ha eclipsado casi todo. Porque en el lado contrario está Bojan, la eterna promesa y justo en lo que espero que Thiago no acabe, un jugador temeroso, sin confianza, angustiado, limitado, cohibido, y en definitiva, una sombra de lo que algún día apuntó que sería. Siempre está en el lugar incorrrecto, siempre hace el control orientado al lado equivocado, siempre cae cuando no debe hacerlo y si está delante de puerta, incluso con un penalti, siempre falla. Hoy ha conseguido no fallar a medio centímetro de la línea de gol y sin oposición. Hacer lo contrario hubiera sido casi imposible.
Y entre Thiago y Bojan hemos podido ver a un Bartra un poco más flojo que en la ida, pero que con la enésima lesión de Milito puede ser un jugador importante en las próximas semanas. También hemos visto como Mascherano ya es uno más, con asistencia a Messi incluida, y con polivalencia para acabar jugando de central, que Nolito es una opción más que viable por encima quizás de Bojan y Jeffren, que Messi siempre marca y que Adriano cada vez defrauda más y ha pasado de ser el fichaje súper polivalente a tener reservada la polivalencia para el banquillo.
Victoria con el segundo equipo, sin hacer ruido, sin necesidad de montar numeritos por parte del entrenador, sin tener que llenar el Camp Nou para ello, sin tener que amenazar a nadie en la rueda de prensa posterior al partido, en definitiva, victoria con la tranquilidad que este equipo y su cuerpo técnico transmiten al entorno.
Pero recuerden este nombre: Thiago Alcántara, no es un jugador más.
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