Thompson twins

Publicado el 29 enero 2017 por Perendengon

Hola Graminoleños.

Despedimos el primer mes de este recientemente estrenado año 2017 y lo vamos a hacer regresando a tierras británicas y adentrándonos en las entrañas de la New Wave que tanta y tanta buena música, que tantos y tantos buenos momentos nos dejaría en la década de los 80.

Hoy le toca el turno a un grupo muy peculiar, a uno de esos ejemplos de bandas que salen de la nada tras pasar muchas, muchísimas penurias pero que supieron acertar en el momento oportuno con la música que había que hacer. Vamos a hablar de los Thompson Twins.

Todos identificamos a buen seguro a este grupo como un trío, pero lo cierto es que en sus primeros tiempos estuvo formado por seis integrantes y en algún momento fueron hasta siete los artistas que lo conformaban. De cualquier manera, lo que está claro es que sería cuando redujeran la población de la banda cuando alcanzarían su mejor momento y el éxito a nivel internacional.

Tom Bailey, auténtico creador y líder del grupo, fundaría Thompson Twins junto a sus amigos Peter Dodd, John Roog y John Podgorski (Pod) en el año 1977 pero no sería hasta el año 1981, cuando los tres primeros se mudarían a vivir a Londres, cuando iniciarían su andadura propiamente dicha con la incorporación de Chris Bell, Jane Shorter y, sobre todo, una pieza tan importante como iba a ser Joe Leeway.

Por cierto, su nombre procede de unos personajes de cómic que aparecían en las aventuras de Tintin. La famosa pareja de gemelos detectives que aquí en España tomaban el nombre de “Hernández y Férnandez”, atendían al verdadero nombre de “Gemelos Thompson”,

Con unos medios escasísimos y una producción de andar por casa, en ese año 1981 publicarían el que iba a ser su álbum de debut, un disco alejadísimo del tipo de música que iba a llevarles al éxito, titulado “A Product of …”.

Cuando llegaron a Londres, su economía estaba bajo mínimos, viviendo como buenamente podían en casas abandonadas y desaliñadas. Así sería como Bailey conocería a Alannah Currie, quien se convertiría en su novia y aunque en un principio no formaría parte del grupo, terminaría convirtiéndose en la pieza maestra que les faltaba para dar el salto que siempre habían estado buscando.

Por aquella época se habían hecho bastante populares en el ámbito musical de Londres, ya que ofrecían actuaciones bastante originales en las que improvisaban sobre el escenario, invitaban a los asistentes a acompañarles en sus canciones y utilizaban todo tipo de objetos para sacarles un buen sonido: cubos de basura, botellas, latas … Eso sí, dinero, lo que se dice dinero no es que vieran mucho.

A pesar de todas estas limitaciones, publicarían ese primer trabajo en el que ofrecían tanto una imagen como un sonido muy cercano al punk que estaba arrasando por aquella época en la esfera musical londinense. Simplemente escuchando el único sencillo que se publicaría de este disco, titulado “When I See You”, puede apreciarse la notable diferencia con respecto a la música que vendría poco tiempo después.

Los primeros cambios en su formación se producirían muy pronto. Con la marcha de Jane Shorter, le llegaría la oportunidad a Alannah Currie para pasar a formar parte del grupo de manera oficial, ya que en el primer disco, si bien aparecía como colaboradora en sus créditos, nunca fue considerada como una de sus integrantes.

Con esta nueva formación, con los mismos medios, pero con más ganas que nunca, en el año 1982 llegaría su segundo disco, ya con Alannah poniendo su talento al servicio del grupo, bajo el título de “Set”.

Se trata de un disco más trabajado, más pulido y con un mejor acabado. Sus mayores arreglos y un sonido que se acercaba bastante al que iba a adoptar el grupo a partir de ese momento, alejándose del punk definitifamente, les haría progresar adecuadamente. No es de extrañar esta mejoría ya que uno de los colaboradores en la ejecución de este álbum sería el mismísimo Thomas Dolby.

No es que tuvieran unas ventas exageradas, ni muchísimo menos, ni que triunfaran a lo grande, pero sí que les serviría para darse a conocer a más gente. De hecho, una de sus canciones, concretamente “In The Name Of Love”, logaría entrar en un discreto puesto de las listas de los Estados Unidos, algo es algo. Lo cierto es que este tema tenía algo, ya que apenas dos años después, en 1984, formaría parte de la banda sonora de una de las películas revientatiquillas de ese año como fue “Los Cazafantasmas”.

En ese momento se produciría una profunda crisis dentro del grupo, motivada por diferencias entre sus componentes sobre el estilo musical con el que seguir adelante, algo bastante habitual en cualquier grupo cuando sus comienzos son algo irregulares. Por este motivo, Tom Bailey, Joe Leeway y Alannah Currie formarían un grupo paralelo denominado “The Bermuda Triangle”.

El recorrido del grupo fue bastante breve ya que no cosecharon éxito alguno ni llegaron a publicar ningún disco, por lo que visto lo visto, decidirían viajar intentando empaparse de otras culturas, aterrizando en lugares tan dispares como Egipto o el Caribe.

El viaje duraría cerca de un año y realmente serviría para que aclararan sus ideas y encontraran la fórmula ideal para triunfar. En el año 1983, ya de regreso a Londres, retomarían la actividad como Thompson Twins, con la formación definitiva como trío, publicando un nuevo disco que iba a convertirse en una auténtica revolución en cuanto a su sonido y, sin duda alguna, el espaldarazo definitivo hacia la popularidad más absoluta. Estoy hablando de “Quick Step & Side Kick”.

Con este disco darían un vuelco definitivo a su estilo y a su imagen. Irradiando aromas de New Wave por los cuatro costados y haciendo una música muy cercana al tecno-pop que arrasaba por aquella época, sobre todo en Europa, sobre todo en el Reino Unido, lograrían un gran éxito y una gran popularidad. Lo más difícil estaba hecho. Les había costado pero por fin habían llegado donde ellos querían.

El éxito total les llegaría gracias a una canción que sería publicada como primer sencillo del álbum y que iba a convertirse en el primer número uno de su carrera. Una de esas canciones que puede considerarse como el buque insignia de una banda y que nos haría bailar y bailar a muchos. Por supuesto que estoy hablando de “Lies”.

Este tema sería una de esas canciones que tira de todo el álbum para convertirlo en un auténtico superventas. Cierto es que hay alguna canción más digna de destacar, pero ninguna a la altura de “Lies” que sería una de las canciones triunfadoras del año 1983.

Era evidente que el cambio que habían experimentado había sido para mejor y que habían sabido darse cuenta de donde podían encajar a la perfección. Éste sería su estilo a partir de ese momento y sería el camino adecuado para triunfar.

En cuanto al resto de las canciones del disco hay tres que son merecedoras de mención por distintos motivos. Vamos con ellas.

Como ya os comento “Lies” eclipsó de algún modo a todas y cada una de las canciones de este disco, pero creo que hay una de ellas que si se trata de calidad, de bien hecha y de buena canción, pueda estar por encima. Se trata de “Love On Your Side”.

La segunda de las canciones dignas de mencionar es mi preferida de este disco. Me encanta el principio de este tema que recuerda a sus primeros años cuando tocaban prácticamente en la calle ayudándose de cualquier objeto para llevar a cabo las tares de percusión. Una canción sencilla pero atractiva, como es “We Are Detective”.

La tercera de las canciones a la que me refiero está relacionada con el mundo del cine, siendo ésta realmente su primera incursión en el mágico mundo de las bandas sonoras de alguna película.

Se trata de “If You Were Here”, canción incluída en la banda sonora de la película “16 Velas, dirigida por John Hughes e interpretada por Molly Ringwald y ese monstruo de la interpretación que es John Cusack.

Como suele decirse, lo difícil no es llegar sino mantenerse, aunque esa situación no se viviría en el caso de los Thompson Twins, ya que con su siguiente disco, que aparecería en el mercado en el año 1984, lograrían un éxito descomunal de ventas y colocarían varias de sus canciones en los puestos de privilegio de las listas de éxito tanto europeas como americanas.

Con “Into The Gap” seguirían el camino emprendido con su anterior disco, redundarían en el sonido new wave y tecno y conseguirían un grandísimo éxito.

En cuanto a ventas, éste sería su disco de mayor éxito. En cuanto a críticas, la verdad es que no serían tan buenas. Y es que los especialistas en estas lides siempre fueron bastante duros con la música de Thompson Twins, hasta extremos tales como criticar algo que en un principio había sido elogiado al descubrir que era obra suya, como veremos más adelante. En mi modesta opinión, respetando como siempre opiniones y gustos, creo que “Into The Gap” es el mejor trabajo de toda su carrera.

Estamos ante un disco de esos en los que prácticamente la mitad de las canciones que lo integran terminan entrando en las listas de éxitos y adquiriendo gran popularidad. Como siempre, es inevitable que unas triunfen más que otras y que haya una que sea la que más tirón termine teniendo.

En esta ocasión, “Hold Me Now” sería la canción más exitosa del disco y, para mí, posiblemente estemos ante su mejor canción de siempre.

Podríamos decir que ésta fue la mejor época del trío. Su popularidad era total, vendían discos como rosquillas y su música sonaba una y otra vez en las emisoras de radio. Cada nuevo sencillo que se publicaba se colocaba de inmediato en los primeros puestos de las listas de éxitos. Unas más arriba y otras más abajo, unas durante más semanas que otras, pero todas entre los puestos de privilegio.

No es que hubiesen dejado de lado la música más animada y para bailar, pero lo cierto es que empezaban a demostrar que se sentía más que cómodos moviéndose en las aguas de las baladas o los medios tiempos, algo que podemos comprobar en este “Doctor, Doctor”.

Escuchando otro de los temas destacados de este disco, podemos comprobar que se convertiría en una regla no escrita introducir en sus trabajos siempre alguna canción con esos sonidos tan peculiares de sus primeros tiempos cuando eran simplemente músicos callejeros. Lo disfrutamos en “We Are Detective” y repetirían fórmula en otro de los temas de “Into The Gap”.

En esta oportunidad sería con una canción bastante sencilla, con sonidos hasta de harmónica y en el que predomina la parte vocal. Se trata de otro de sus éxitos de siempre: “You Take Me Up”.

Como ya os digo, las críticas hacia el disco fueron bastante normalitas, aunque el público en general estuviera por encima de esa opinión. Cuanto menos estas tres canciones que acabamos de escuchar lograron bastante éxito y se convirtieron en auténticos clásicos de la música del pop de los 80, por algo será.

Pero para mí, la canción que posiblemente sea la mejor, la de mayor calidad sería uno de esos temas que pasarían de puntillas con un éxito menor. Como me pasa muchas veces, voy contra corriente y rescato canciones más desapercibidas. En este caso concreto, yo destacaría este “The Gap”.

Las cosas no podía ir mejor y había que aprovechar el tirón. El éxito, de igual forma que viene se va y una vez que se marcha es bastante complicado recuperarlo. Eso debieron de pensar ellos que casi enlazaban un trabajo con otro.

De esta manera, en el año 1985, apenas un año después de su disco de más éxito, publicarían un nuevo trabajo en el que intentarían darle un toque más serio a su música buscando llegar a todavía más público. Se trata de “Here’s To Future Days”.

Lo cierto es que, sin ellos saberlo siquiera, éste iba a ser el disco que iba a marcar el principio del final. Con él intentarían darle una vuelta de rosca más a su sonido, buscando nuevos arreglos y adentrándose en algunos estilos que, simplemente, no iban con ellos. El retroceso en sus ventas y aceptación sería bastante evidente.

Pese a todo ello, nos dejarían la que posiblemente sea su canción de mayor calidad. Con ella no cosecharían el grandísimo éxito que habían obtenido con la mayoría de los sencillos publicados de sus dos anteriores trabajos, aunque también se colocaría en los primeros puestos de las listas, pero se trata de una canción bastante especial y de la que se editarían dos versiones.

Me estoy refiriendo a “Lay Your Hands On Me”, una canción grande, muy grande, con unos espectaculares arreglos orquestales y que sería publicada como sencillo promocional del álbum unos meses antes de que éste saliera al mercado. Posteriormente, pasaría por las manos del productor Neil Rodgers, componente de los míticos Chic, que le proporcionaría unos pequeños arreglos con coro de góspel incluido, siendo ésta la versión que finalmente sería incluída en el álbum. A mí particularmente me gusta más la primera versión la original, que es ésta que viene a continuación.

Los acontecimientos se precipitarían tras la publicación de este disco, evidenciando que las cosas ya no eran como antes. No solamente porque el nivel de ventas descendió considerablemente, sino porque las diferencias de Leeway con sus dos compañeros de viaje empezaron a aflorar.

Escuchando el disco se puede comprobar de inmediato que habían dado un pequeño giro a su manera de componer y tocar. Se habían alejado bastante del sonido tecno de sus dos trabajos de mayor éxito, ofreciendo un sonido más bailable y con toques cercanos al funk e incluso a la música disco. Posiblemente, la canción en la que más se nota esta evolución sea “Don’t Mess The Doctor Dream”.

El descenso de ventas, las diferencias de criterios entre los tres componentes del grupo y el estrés propiciado por sus continuas apariciones en televisión y las largas giras, llevarían a Tom Bailey a sufrir un serio ataque de ansiendad que les llevaría a tener que cancelar su gira y cualquier acto promocional del disco. La presión le había superado y de alguna manera iba a ser decisivo para su futuro.

Si por algo habían conseguido triunfar con sus dos trabajos anteriores fue por la originalidad a la hora de crear sus canciones, dándole ese toque especial que solamente ellos sabían darle. Además su puesta en escena estaba llena de frescura que poco a poco habían perdido para convertirse en un grupo más serio y reposado.

No puede decirse que el disco fuera malo ni que las canciones que lo integran lo fueran, pero ciertamente sonaban a otro grupo distinto. El tecno-pop fue una de las vertientes musicales que arrasaron en la década de los ochenta, pero con este disco, los Thompson Twins se alejaron del tecno y se acercaron más al pop, como puede apreciarse en este “King For A Day”.

Una vez finalizada la correspondiente gira promocional, ya adentrados en el año 1986, saltaría una noticia que, ciertamente, no pillaría prácticamente a nadie por sorpresa: Joe Leeway, la tercera pata del banco, anunciaba su salida del grupo. Las diferencias en el concepto musical del grupo con respecto a Bailey y Currie, que habían contraído matrimonio, eran insalvables y prefirió dejarlo antes de que repercutiera también en sus relaciones personales.

A partir de ese momento, el grupo que llegó a contar hasta con siete miembros en sus filas en sus primeros tiempos, había quedado reducido a un dúo. El futuro era incierto y el siguiente disco iba a ser el que marcara hacia donde se dirigían. Lamentablemente, el camino que emprenderían sería ya siempre cuesta abajo.

Un año después de la marcha de Leeway, en 1987, aparecería en el mercado su primer disco como dúo, titulado “Big Trash”.

Muchos os imaginaréis después de leer los comentarios que he venido haciendo en las últimas líneas cual sería el resultado de este disco. Efectivamente sería un fracaso absoluto que, de alguna manera, no sería más que el inicio de su auténtica época de decadencia.

Fuera porque sin Leeway su público ya no los veía igual, fuera por su cambio de estilo, el disco se convertiría en un auténtico fracaso, no obteniendo unas ventas aceptables y cosechando unas críticas bastante malas. Podía decirse que habían caído en desgracia y la cuesta abajo era cada vez más pronunciada.

Para que nos hagamos una idea de los paupérrimos resultados comerciales que el disco conseguiría, os diré que pocos meses después de su salida al mercado sería descatalogado, ya que el interés que despertaba era prácticamente nulo. Su público en general había empezado a darles la espalda. En cuanto a sus canciones, poco hay que sea digno de reseñar, si acaso un tema pop por los cuatro costados como es “Get That Love”.

A pesar del mazazo que supondría los malos resultados en cuanto a ventas, la menor recaudación en sus giras y las feroces críticas recibidas, la pareja de músicos no se daría por vencido, no arrojaría la toalla. Estaban dispuestos a seguir peleando, por lo que tras tomarse un respiro de un año volverían a meterse en el estudio de grabación.

Sería en el año 1989 cuando saldría a la venta un nuevo disco, titulado “Big Trash”, con el que buscarían recuperar el tiempo perdido y recuperar la senda del éxito. No serían capaces. Estaba claro que su momento ya había pasado y que ese público que tanto les había seguido estaba a otras cosas.

Si su anterior disco fue decepcionante, el fracaso de “Big Trash” no le quedaría a la zaga. Verdaderamente, ese empecinamiento por introducirse en un estilo que con ellos no funcionaba estaba siendo su perdición. Muchos artistas se la han pegado en algún momento de su carrera cuando han decidido cambiar de estilo, pero la mayoría de ellos han sabido rectificar a tiempo y retornar a la senda de la música que les llevó al éxito. En el caso de Thompson Twins no sería así.

La verdad es que es difícil destacar alguna de las canciones de este disco. Como siempre os digo no hay música mala. La música es un auténtico regalo y de cualquier canción siempre se pueden sacar buenas conclusiones, pero lo cierto es que cuando un grupo ha sido capaz de conectar con la gente gracias a su manera de entenderla, se hace complicado seguir saboreando su música cuando abandonan esos modos. En fin que si hay que quedarse con alguna canción quizás sea “Sugar Daddy” la más adecuada.

Podría decirse que con este disco tocarían fondo y el pensamiento generalizado sería de que ya eran historia y que no tardarían mucho en anunciar su disolución. Sin embargo no sería así, ya que lo interntarían otra vez, con una hábil maniobra que en un principio les saldría a la perfección pero que inmediantamente les mostraría que iba a ser imposible reconducir su carrera. Me explico.

Acabábamos de entrar en la década de los 90 y la revolución musical venía, entre otros estilos, de la mano de los primeros coletazos de la música electrónica y un tecno más pesado y hecho exclusivamente para bailar. En esa línea se moverían al publicar en el año 1991 el que iba a ser su último disco: “Queer”.

Bailey y Currie habían apreciado que había una cierta tendencia a criticar cualquier cosa que hacían desde hacía algún tiempo, aunque, todo hay que decirlo, estaba claro que sus últimos trabajos dejaban mucho que desear. Lo cierto es que los hechos les iban a dar de alguna manera la razón.

Antes de publicar el disco, distribuirían un tema con un sonido tecno, muy cercano incluso al rave y al house, en las discotecas de moda de la época tanto americanas como londinenses, bajo el seudónimo de “Feedback Max”, sin revelar que eran ellos dos los que se encontraban detrás de esa música.

Para esta estratagema elegirían una canción titulada “Come Inside”, que tendría bastante buena aceptación por parte de los distintos DJ’s, convirtiéndose en uno de los temas preferidos del público para bailar, colocándose entre los diez primeros en las listas de éxitos. Daba la impresión de que habían sabido, por fin, dar con la tecla, aunque estaban muy engañados al pensar así.

Una vez comprobado el éxito que este tema estaba consiguiendo, sería el momento de desvelar que eran ellos los que se encontraban detrás de esa música y sería entonces cuando saldría al mercado el álbum que contenía este “Come Inside”. Lo curioso del caso sería que cuando todo el mundo conoció que Feedback Max no eran otros que Thompson Twins, tanto el público como esos DJs que habían apostado por esa canción les darían la espalda.

Este suceso sería el que les abriría definitivamente los ojos. No solamente su música había decaído, sino que todo lo que oliera a ellos era rechazado casí por decreto. Ya no había solución. Thompson Twins estaban acabados.

Después de estos acontecimientos, intentarían reciclarse otra vez y formarían un nuevo grupo, recuperando la formación de tres componentes, para lo que incorporarían a Keith Fernley, tomando el nombre de “Babble”. El grupo tendría cierta actividad entre los año 1993 y 1998 pero sin ninguna repercusión ni ninguna canción digna de mencionar, por lo que finalmente Bailey y Currie arrojarían la toalla y pondrían fin a su carrera musical.

Está claro que Thompson Twins es un claro ejemplo de esos muchísimos grupos y solistas que subieron como la espuma durante la década de los 80 hasta llegar a la cima del éxito, pero que de la misma manera que subieron terminarían descendiendo con estrépito. La música es evolución, es reinventarse, es no anclarse y ellos, lamentablemente, cuando decidieron cambiar no supieron hacerlo bien.

Esto es todo por hoy, dentro de unos días más y mejor. Hasta entonces, Graminoleños.

JUAN JOSÉ GOMARIZ