Dirigida por Kenneth Branagh, y claramente por encargo, nos cuenta los inicios de este superhéroe de la Marvel, y nos sitúa directamente en el camino hacia la futura película de Los Vengadores.
Thor es el dios del trueno para la mitología escandinava, hijo de Odin, y hermano de Loki. Odin, esta a punto de elegir a su sucesor con rey de Asgard, y dándose cuenta de lo egolatra y dado a la guerra sin pensar en los daños colaterales que es Thor, decide dar marcha atrás y retrasar el nombramiento de su heredero. Tras esto, Thor empieza una guerra contra los Gigantes de hielo, y a consecuencia, su padre lo tiene que desterrar a la Tierra, y dejarlo sin poderes. Por supuesto, todo es un plan, urdido por su malvado hermano Loki para hacerse con el reino de Asgard. Thor va a tenerlo difícil para poder devolver a su padre el reinado.
Algo sobre lo que dudaba mucho, eran los decorados de Asgard y el diseño de los trajes, pues en las fotos promocionales previas al film, la verdad es que parecían demasiado cartón piedra. Pero ha resultado todo lo contrario, armonizan muy bien, y le dan un buen toque de fantasía.
En definitiva, y no me alargo más, recomiendo la película, pues es un buen vehículo de entretenimiento, de la altura de Iron Man.