Algo así debieron pensar los seguidores ingleses después de ver el partido ante Argelia, en posiblemente uno de los partidos más aburridos del Mundial. Y es que los ingleses fueron un equipo aburrido y sin ideas, que no perdió porque a los argelinos les falto pólvora arriba, y porque el miedo a perder se sobrepuso a sus ganas de vencer.
La alineación que saco Capello no disto mucho de la del primer día, aunque si lo suficiente como para pensar que las cosas irían a mejor, y no a peor como sucedió. “Calamity” James reemplazo a Green en la portería, y mucho debían confiar sus compañeros en el veterano portero, porque a pesar de su largísimo historial de errores y cantadas las cesiones de todo tipo (algunas más que cesiones eran declaraciones de guerra) se sucedieron a lo largo de todo el partido. A pesar de eso, David James no erró en ninguna, y hasta ahí fue su trabajo ya que los argelinos no tuvieron ninguna oportunidad clara.