—Hay que ver que esos gringos no tienen temor de Dios, mi niño. Es que no respetan ni la memoria de los muertos. ¿Vistes que hasta la amistad de los muchachos con el difunto Hamudi la han sacao a relucí? ¡No respetan ni la paz de los sepulcros! A veces quisiera sé como ‘el barón de la droga’, mi niño, a ese sí es verdá que no le tiembla el pulso pa’mandá pa’l otro barrio al que se le atraviese en el camino. Ja ja ja Ese Jarvis es tan bravo, mi niño, que en estos días me escribió contándome como mandó al barrio de los acostaos a Rafaat, ‘Rataat’ como le dice El Barón.
Tía Amapola estaba sentada frente a la peinadora quitándose los rollos del pelo. A pesar de tanto salón de belleza y tanto periquito que tiene para el cuidado del cabello, tía Amapola no…
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