Tras lograr las peores críticas desde 1997 con Más Allá de la Vida, Clint Eastwood se queda a dos décimas de repetir proeza en su película inmediatamente posterior, la aún inédita en nuestro país J. Edgar, sobre el fundador del FBI. "La leyenda" comienza a sembrar las dudas de la prensa especializada norteamericana que entre comparaciones con Brockeback Mountain y J.F.K. califica al film de pretencioso, esquivo, poco fiable como biopic y en el que solo parece salvarse Leonardo DiCaprio. Como cambian las cosas, ¿Verdad?
Un repaso a las críticas que ha obtenido J. Edgar en Estados Unidos, que llegará a las carteleras españolas el 27 de enero, tras el salto.
Como siempre, comenzamos con las valoraciones más positivas para después comentar proporcionalmente a la nota de la película varias reseñas tanto mixtas como negativas. La máxima calificación procede del crítico de Los Angeles Times (90/100), que se ha quedado fascinado con el retrato político del personaje sin que la falta de contundencia en el esbozo sobre su vida personal que él mismo reconoce en su texto parezca un problema (y puede que así sea). " J. Edgar es una sombría, enigmática, oscura y fascinante historia. ¿Cómo podría ser de otra forma?".
En Entertainment Weekly (75/100) le dedican una carta de amor a Leonardo DiCaprio recordando sus numerosas y memorables interpretaciones durante los últimos años para asegurar que este es el trabajo de su vida: "DiCaprio hace mucho más que esconderse tras el maquillaje y las gafas. Se transforma en un prodigio de la actuación". Y a diferencia de la opinión mayoritaria, en la publicación aseguran que la sexualidad de Hoover está bien medida en el film, donde es utilizada como excusa para la obsesión por el secretismo y el chantaje del personaje.
Desde New Yorker (70/100) también alaban el guión del autor de Milk en su retrato de "una personalidad reprimida que pretende que la democracia funcione de forma similar", aunque no parecen muy entusiasmados ante el absoluto respeto de Eastwood a la fórmula de biopic tradicional, con saltos temporales entre los últimos días de Hoover y los años en los que revolucionó la forma de capturar criminales en Estados Unidos.
Los reproches comienzan en Variety (60/100), donde se quejan de la falta de compromiso de Eastwood con un guión en el que el personaje está claramente descrito como homosexual. No en vano nos recuerdan que "si tomamos la premisa de que Hoover era gay como cierta, J. Edgar no deja de ser la historia de uno de los homosexuales de más alto perfil en la historia amerciana, producida por un gran estudio y dirigida por uno de los directores más venerados en una industria que aún juega al despiste con la sexualidad de sus estrellas".
Time (50/100) no duda en calificar a la cinta de "sensacional hasta que se vuelve pesada, como un tour turístico que funciona hasta que comienza a rechinar". Y cómo no, la culpa es de esa parte del film en la que "Hoover se pone vestidos de mujer y pone voces como si se tratara del mismísimo Norman Bates", cuando todo apuntaba a que la cinta iba más "en la línea de Ciudadano Kane". Tampoco tienen palabras bonitas para DiCaprio, del que dicen que es una mala elección que "interpreta a Hoover como un innovador, entusiasta, con miedos y secretos pero sin demasiado interés dramático".
Los que no se cortan en echar pestes sobre el film son los periodistas de The Washington Post (38/100): "Clint Eastwood elude los principales abusos de poder de Hoover y realiza un burlesque de su vida privada". Desde el rotativo lamentan que el director no muestre a ese J. Edgar que prefirió "no investigar crimenes racistas en nombre de la lucha contra el comunismo dejando ganar a los terroristas".
Una de las reseñas más interesantes -y más despiadadas- es la del Wall Street Journal (20/100), en la que llemos que "la dirección de Eastwood no desmuestra ambición, solo experiencia". También marcan esa diferenciación entre el guión y la aproximación del director que hacía Variety solo que achacando a esta causa el fracaso de la cinta. Según el medio, los momentos embarazosos no son resultado de ver a un personaje homosexual, sino de la mirada puritana con la que este es observado. Aunque dicen que la peor parada es Naomi Watts, encerrada en un personaje totalmente plano.
Presumible polémica sobre el film y futuras opciones a los Oscar aparte, lo que parece claro es que no se trata de la obra mejor acogida de Eastwood, aunque existe una diversidad de opinión lo suficientemente heterogénea como para tratarse de una de esas películas capaces de dar lo que cada espectador quiera ver. Y quizás esperábamos más contundencia viniendo de Clint. El 27 de enero podremos comprobarlo en nuestras salas.