El Carcharhinus Longimanus es una de las pocas especies de tiburones, cuyo nombre científico es casi tan conocido como su nombre popular, el tiburón puntas blancas.
El tiburón oceánico (Carcharhinus longimanus) es un gran tiburón pelágico. Esta especie, junto con el tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis) y el tiburón azul (Prionace glauca), a menudo ha sido descrita como una de las tres especies más abundantes de tiburones oceánicos. Está considerado por muchos científicos como los hermanos pequeños del tiburón Blanco. Sus grandes y redondeadas aletas dorsales, sus pectorales en forma de ala junto con las marcas de color blancas en sus aletas, los hacen fácilmente reconocibles para cualquier buceador, el color blanco está presente en la primera aleta dorsal, pectoral, pélvica y las aletas caudales. Pincha sobre las siguientes fotografías donde se puede apreciar también una nariz relativamente corta y redondeada, con el cuerpo más bien aplastado y robusto, lo que le da un cierto aspecto de jorobado.
Es un pez de movimientos lentos que no dejan en ningún momento de nadar, pero que puede llegar a ser muy agresivo cuando está capturando presas. A pesar de su aislamiento de las otras especies, se le puede ver acompañado de un pez piloto (Naucrates ductor), de un pez delfín o de una rémora (familia Echeneidae). Estos tiburones son predadores oportunistas altamente competitivos y que se desplazan grandes distancias para buscar comida. Su alimentación consiste principalmente en cefalópodos y peces óseos (lanzones, pez remo, barracuda, júreles, lampugas, marlines, atunes, y caballas, pez espada), aunque pueden incluir en su dieta otras presas como barbos, manta rayas, tortugas marinas, aves marinas, gasterópodos, crustáceos, carroña de mamíferos, y hasta basura arrojadas desde los barcos. Según de lo que se vaya a alimentar puede comportarse más o menos agresivo. En el caso de un cardumen de atunes se le ha visto nadar con la boca abierta, pero con otras presas actúa más agresivamente, por ejemplo, metiéndose entre los peces y mordiendo. Además se les puede ver compitiendo por la comida con los tiburones sedosos (Carcharhinus falciformis). En los encuentros con otras especies de tiburones, los longimanus tienden a ser agresivos y dominantes, especialmente durante las actividades de alimentación.
Como para todas las especies de tiburones, el Longimanus está mucho más amenazado por los humanos que a la inversa. Está directamente relacionado con el el consumo humano, además de ser una de las especie más comunes en la captura accidental de otras pesquerías. Junto con otras especies de peces de alta mar los números del tiburón están disminuyendo en todo el mundo, y es probable que sigan haciéndolo con la demanda – especialmente para las aletas de tiburón – en aumento y no la legislación de protección a gran escala dentro del Mar Rojo. En la Lista Roja de la UICN de Especies Amenazadas, la especie de tiburón oceánico se ha declarado a nivel mundial recientemente “vulnerable” dándose en algunas partes del Océano Atlántico en peligro de extinción.
ENCUENTROS CON LONGIMANUS
En la parte egipcia del Mar Rojo, los puntas blancas oceánicos son avistados con bastante regularidad apareciendo en las proximidades de algunos de los arrecifes más famosos como las Islas Brother’s, Daedalus Reef, St. Johns o Elphistone Reef entre otros.
El longimanus, es un depredador muy curioso. Conocedor de su superioridad en los mares, se acerca a todo lo que detecta, analiza y olfatea. Es muy normal que los Oceánicos se acerquen a los buceadores, los rodeen a una cierta distancia, los observen y en bastante ocasiones los sigan allí a donde vayan los buzos. Están documentados escasos ataques de longimanus a buceadores, los ataques a personas siempre o casi siempre están relacionados con snorkelistas o actividades en superficie, ya que se confunden con sus presas.
Como con todas las especies de tiburones pero especialmente con los longimanus, hay que mantener un respeto y ser muy conscientes de nuestras capacidades o recursos y las suyas en un ambiente acuático, el tiburón es conocedor de su superioridad aunque no lo demuestre, los buzos deben asimilar y entender a la perfección que son depredadores y en muchas ocasiones nos sumergimos en sus áreas de caza, por lo que no son nada aconsejables comportamientos temerarios o poco respetuosos, NO son animales de compañía ni tampoco mascotas. En determinados buceadores cuando se desata la adrenalina, se comportan con animales salvajes de forma irracional, el pánico o el “shock” pueden producir en las personas comportamientos que el longimanus interpreta como peligro o ataque. Cuando un Oceánico ataca a un humano, normalmente es más probable que lo haga por defenderse de una situación que considera peligrosa para su integridad.
Fotos de Victoria Gimenez (Vito)