En junio de 2011 comenté una novela de género histórico, “Prométeme que serás libre”, de Jorge Molist. De las últimas que leí del género fue de las que más me gustaron por razones que exponía en aquel comentario, sobre todo por la perfecta conjunción entre una historia interesante y amena y una gran cantidad de datos históricos perfectamente introducidos dentro de la misma. También veía que era evidente que era de esperar una continuación por una serie de hechos que quedaban algo colgados y con unos personajes que dejaban sus historias sin terminar. Recientemente apareció esa esperada continuación y, evidentemente, pasó a las primeras de la lista de lecturas pendientes. Una vez acabada me reafirmo en todo lo que decía en aquel comentario, sigue siendo de mis favoritas dentro del género casi por las mismas razones expresadas en aquel momento. Hoy os dejo un comentario de “Tiempo de cenizas”, de reciente aparición en el mercado editorial.
La reseña biográfica de Jorge Molist me la voy a ahorrar en esta ocasión, al comentario de hace un par de años me remito porque lo único que se podría añadir es la publicación de esta novela de hoy, la más reciente del autor.
Estamos a finales del siglo XV, una época apasionante entre los últimos destellos de la Edad Media con su oscurantismo y las nuevas luces del Renacimiento. Una época histórica llena de contrastes donde se mezcla la religión opresora y castigadora con las ansias de vivir, de conocer y de romper con las cadenas impuestas por los clérigos y la Inquisición. Continuamos con la historia del protagonista central de la anterior entrega, Joan Serra de Llafranc, aquel hombre al que unos piratas dejaron casi sin familia cuando atacaron el tranquilo pueblo de pescadores en el que vivía. Matan a su padre, secuestran a su madre y hermanas y lo único que le pide su padre antes de morir es que le prometa que siempre intentará ser un hombre libre. Una promesa complicada de cumplir, ya que verá que su libertad siempre estará delimitada por sus deudas con otras personas, sus obligaciones familiares o militares, la atención a su negocio y muchos condicionantes más. Tras todas las aventuras de la primera novela nos encontramos ahora a un Joan que ha conseguido el primero y fundamental de sus objetivos en la vida, casarse con la mujer de la que se enamoró nada más verla, Anna. Viven juntos en Roma, regentando una librería y con la protección del Papa y los catalani, el grupo social y militar que domina la ciudad. Pero no todo es tranquilidad en su vida soñada, ya que hay situaciones en la ciudad que hacen que tenga que vivir pendiente de muchas cosas. Por un lado tenemos al Papa Alejandro VI, de la familia Borgia, que cuenta con un buen número de enemigos en la ciudad, gente que quiere acabar con su poder y su dominio. Pero su poderoso ejército, dirigido por su hijo Juan Borgia, tiene las cosas bastante bien atadas. El primer problema viene de este hombre precisamente, juerguista y mujeriego, que se empeña en acostarse con Anna, la mujer de Joan, a costa de lo que sea. Esta situación le provocará un buen número de problemas y será el detonante de muchas de las cosas que ocurrirán a continuación. Su gran amigo Miquel Corella sigue a su lado, pero ahora su forma de actuar depende en gran medida de lo que los Borgia quieran, ya que es el primero al mando en su ejército, el hombre al que recurren para solucionar cualquier tipo de problema, cueste lo que cueste. Además de esto Joan aún debe cumplir los seis meses que le quedan pendientes de galeras, algo que lo llevará a participar en varias de las guerras de conquista más importantes de la época al servicio del ejército español. Todo esto lo llevará de Roma a Florencia, Nápoles y Barcelona en una serie de aventuras perfectamente engarzadas dentro del argumento. Un continuo movimiento siempre en busca de esa libertad que le prometió a su padre en su lecho de muerte y que tanto le cuesta encontrar y disfrutar. Cuando las cosas parece que van mejorando siempre aparece algo que hace que se tuerzan, algo que puede estar o no directamente relacionado con él o con su familia, ya que muchas veces son las propias circunstancias históricas las que harán que su vida de un giro completo.
Como en el caso de la novela anterior me gustó mucho por la perfecta unión entre hechos históricos y la propia narración de ficción que nos está contando el autor. La cantidad de personajes reales que van desfilando por sus páginas es mayor que la de los personajes de ficción y siempre aparecen de una forma lógica y creíble para el lector. Es más, hay alguno que no parece real, pero me llevé una buena sorpresa al leer el epílogo final, muy interesante por cierto, y descubrir que no eran una creación del autor, sino una recreación de la historia. Por sus páginas desfilarán la mayor parte de los integrantes de la familia Borgia, el monje Savonarola en Florencia, Maquiavelo será otro de los importantes de la historia, el Gran Capitán y otros muchos entrarán a formar parte directa de la vida de nuestro protagonista. Del mismo modo viajaremos por Roma, Napoles, Florencia o Barcelona, tomaremos parte en varias conquistas e intrigas, tanto del Pa
pado como de los distintos reinos de la época, todas ellas partiendo de hechos históricos. Creo que la labor de investigación de Molist es realmente impresionante, pero para mí lo es más la genial forma que tiene de meter todos esos datos y hechos dentro de una historia creíble para el lector. Es evidente que Joan, Anna y todos los integrantes de su familia no existieron, pero viéndolos dentro de todos los demás no es imposible pensar que bien podrían haber pasado sus vidas tal como nos las cuenta el autor.
Otra de las cosas que más me gustaron de la historia y que ya comenté anteriormente es la forma de pensar y actuar de los personajes. Joan no es un héroe al uso, perfecto e íntegro, para nada. Aparece ante nosotros como una persona normal, con un buen fondo pero víctima de sus pasiones y deseos de venganza, tanto ante situaciones injustas o que manchan el honor de su familia como ante otras que quizá no lo sean tanto, pero que son importantes para la forma de vida que él quiere. Tampoco es la novela un cúmulo de desgracias constantes como ocurre con otras del género. Evidentemente las hay y son muchas pero sin que aparezcan ante el lector como un folletín exagerado y casi increíble. Creo que uno de los méritos del autor es que consigue que veamos a todos los personajes como personas reales, con sus defectos y sus virtudes, con sus alegrías y tristezas y con miserias y cosas positivas. Todos ellos son creíbles, por lo menos para mí como lector, y algo lejos de muchos de los tópicos del género.
La acción es constante y no decae en ningún momento. Siempre está pasando algo y muchos acontecimientos van subiendo en intensidad hasta llegar la punto más alto para pasar a un leve rato de calma, sabiendo que las cosas no van a quedar así. Muchos personajes de la primera parte, algunos que aparecían solo al principio, volverán ahora para continuar la relación, mala o buena, con Joan. Uno de los que más echaba de menos porque me gustara bastante era su hermano, con el que volveremos a tener contacto y del que sabremos algo más de lo que hizo a lo largo de ese tiempo.
Y no puedo dejar de comentar de nuevo otro de los temas que centraban buena parte de la primera parte y continúa en esta. El tema de los libros, la librería, el trabajo con ellos, la impresión, la distribución de libros prohibidos y cómo se iban apañando para burlar a la Inquisición, tema que aparece mucho sobre todo cuando nuestros protagonistas están en Barcelona. Se sigue viendo por parte del autor un cariño, un amor por la letra impresa que aparece en todas y cada una de las páginas de su novela. Cómo hablan de ellos, cómo los tratan y, sobre todo, su importancia para el desarrollo de la persona y de la sociedad, un elemento a veces tan poderoso o más que las armas.
Para mí una de las mejores historias de novela de este género que he leído en los últimos tiempos. Tiene absolutamente de todo y contado de una forma tremendamente entretenida y fluida, tanto que a pesar de ser una novela larga se me pasó en un suspiro. Amor, honor y deshonor, traición, lealtad, amistad, guerras..., una interminable lista de temas y situaciones que no es fácil plasmar en estas líneas. No dejo de recomendarla y regalarla cuando tengo que hacerlo a alguien cercano, gran historia que no podrá dejar de gustar a todo buen lector y creo que los que no lo sean podrán aficionarse a la lectura con la gran historia del hombre que solo busca una cosa en su vida y en todo lo que hace, ser un hombre libre. Tendréis que leer la historia de Joan Serra de Llafranc para saber si lo conseguirá o no.