Tiempo de contar historias…

Publicado el 11 marzo 2013 por Redantepasados @Red_Antepasados

Hace algún tiempo os invitamos a compartir las historias de vuestros antepasados con nosotros, las historias de esas personas anónimas que sin embargo no lo fueron en nuestras vidas.

Cadence, nos envió esta historia, fruto de su experiencia personal.

“…No sabía  quien era mi abuelo. Lo único que sabía a ciencia cierta  era que dejó a su familia cuando mi padre tenía tres o cuatro años de edad y él era demasiado pequeño como para recordar más que eso.

Era de Massachusetts, E.E.U.U.,  judío y comunista. Eso era todo.

Ni siquiera estaba segura de conocer su nombre. Mi padre nunca hablaba de él (algo comprensible). Intenté muchas veces encontrarlo en  sitios web (como Ancestry y otros) sin suerte dejando la investigación, desanimada, de lado.

Hace unos 5 años, decidí intentarlo nuevamente, no esperaba encontrar nada. ¡Y entonces sucedió un milagro!

No estaba segura, pero creía haber encontrado el obituario de su hermano (mi tío abuelo). Busqué en Google a sus hijos (aparecían en la esquela) y encontré las direcciones de correo electrónico de dos de ellos. Elegí a uno y esperando que él fuera la persona que yo creía, le envié un e-mail explicando cómo pensaba que estábamos conectados. Para mi sorpresa recibí una respuesta al día siguiente. Era del primo de mi padre y sus hermanos.

Hemos descubierto a toda una familia que no sabíamos que existiera. Mi abuelo y sus hermanos han fallecido, pero tenemos muchos primos.

Hace muchos años, buscaron también ellos a la familia de mi padre, pero mi abuela no quiso tener contacto alguno.

He conocido a dos primos y espero conocer a muchos más este verano en la boda  del primer primo con el que contacté.

Ha sido una de las mayores bendiciones de mi vida y esta experiencia ha hecho que comprenda la importancia de la genealogía.

Sigo sintiendo emoción cuando pienso en la forma en que  los encontré.”

Abuelo Bob

Gracias, Cadence, por compartir con todos esta historia de búsqueda y encuentros. Es emocionante encontrar antepasados, pero reconstruir nuestra propia historia es aún más enriquecedor.

Lo que no has encontrado hasta hoy, puede aparecer mañana. Por eso es tan importante compartir. Un árbol familiar puesto en línea puede unir familiares vivos, sin duda.

Y tú, ¿qué experiencia tienes con la búsqueda?