La rivalidad entre los Lakers de Magic Johnson y los Celtics de Larry Bird, que comenzó a principios de los ochenta a fascinado a generaciones de aficionados al baloncesto. Magic era espectacular y simpático. Bird era práctico y reservado. Ambos eran genios que parecían capaces de lo imposible cada vez que ingresaban en una pista de baloncesto. La serie recoge el ambiente de esta época irrepetible desde el punto de vista de los Lakers, siendo el protagonista Jerry Buss, un tipo excéntrico, tan interesado en el baloncesto como en el poder que otorga - económico y sexual - su posición como dueño de uno de los grandes equipos del mundo. En la serie asistiremos a las continuas tensiones que se dan en el vestuario y en los despachos y se mostrará al espectador cómo la vida privada de los jugadores repercute en su juego. Uno de los puntos fuertes de Tiempo de victoria es la elección de los actores que encarnan a todos estos personajes: parece que estemos contemplando a los mismísimos protagonistas reales, con sus mismos rostros y sus mismos gestos característicos. Quizá lo que falla un poco es la parte en la que se muestran los partidos, que se muestran de un modo un poco confuso y artificioso, así como el tono de sátira continuo, que a veces evita que la parte dramática de la serie brille como debería. En cualquier caso, un brillante retorno a los ochenta, a un tiempo mágico en el que en las canchas de baloncesto de la NBA podía suceder cualquier cosa.