Autor: Fred Vargas
Edición: Siruela, Barcelona 2015
«Alice Gauthier, una respetable profesora de matemáticas de sesenta y seis años, aparece muerta en su bañera; todo parece apuntar a un suicidio, pero ciertos detalles, como un extraño signo trazado en el lugar del suceso, hacen pensar que quizá haya algo más detrás de su muerte, por lo que el caso es derivado al equipo de la Brigada Criminal del comisario Adamsberg. Al poco, una mujer dice haber enviado una carta que la muerta había escrito a un tal Amadée Masfauré, cuyo padre se habría suicidado dejando un signo similar. Las sospechas se confirman al comprobar que ambas muertes tenían algo más en común: las dos víctimas formaban parte de una trágica expedición a una remota e inexplorada isla de Islandia, diez años antes...» (de la contraportada).
Esta vez los ingredientes son un extraño club de admiradores de Robespierre y reminiscencias de antiguos mitos nórdicos, unidos a los clásicos elementos de las novelas de Vargas: viejos rencores familiares, pistas falsas y la sagacidad de Adamsberg y su brigada. Esta serie me tiene pillado y disfruto con cada nueva entrega. Sin embargo, en este caso, me ha parecido más confusa en su desarrollo, siempre dentro de una gran calidad. No dejéis de leer a Vargas si tenéis oportunidad.