¿Tiene sentido esto o nos estamos volviendo locos?

Publicado el 08 agosto 2015 por Sfer
La noticia habla de una biblioteca de Helsinki que ha conseguido multiplicar en poco tiempo el número de sus usuarios. Kari Lämsä, su director, pensó que para conseguirlo tenía que cambiar el concepto de una biblioteca seria y aburrida, lo más parecido a un inmenso almacén alejado de la vida, por otra más participativa y alegre. Su proyecto se ha transformado en un modelo a seguir por otras bibliotecas estatales de Finlandia. Y es que en esas bibliotecas no solo se va a leer, se puede bailar, coser a máquina, dormir la siesta y asistir a conciertos. Nada que ver, sigue contándonos la noticia, con esas bibliotecas de siempre cuya quietud y solemnidad recuerdan el interior de los conventos y las iglesias.
¿Tiene sentido esto o nos estamos volviendo locos? Lämsä afirma que la razón de su éxito es haber creado una biblioteca refractaria al silencio. Pero ¿se puede leer sin silencio, sin quietud? Aún más, ¿uno de los problemas más graves de nuestra época no es nuestra incapacidad creciente para permanecer en silencio? No digo que esté mal que la gente baile, cosa a máquina, acuda a conciertos o a clases de cocina, pero ¿una biblioteca es el lugar para hacerlo?
***
Coleccionar silencios, de Gustavo Martín Garzo, un autor que hacía tiempo que no asomaba por aquí (aunque lo ha hecho más de una vez...)
Está bien que una voz tan valorada como la suya se haga eco de un pensamiento que seguro que pasa por las cabezas de muchos de los que, de manera más anónima o con menos repercusión, trabajamos en bibliotecas.
[Llego a este artículo a través del blog de Txetxu Barandiarán]