Subgéneros de terror como el "body horror", donde su protagonista sufre una transformación física, y el "coming-of-age", en el que el cambio se produce a nivel mental, han ido muchas veces ligados, y esta producción malasia es un claro exponente. En este caso sirven para adentrarse en la mentalidad y las costumbres de su país de origen a través de una niña y su paso a la adolescencia. Al menos es así en sus primeros y más calmados compases, donde el desarrollo es más sutil y enigmático para paulatinamente tornarse más evidente a nivel visual y simbólico, además de impactante en términos visuales. Sea como sea da pie a una reflexión social e interna, lo cual nunca está de más.
Mi puntuación: 5/10