Es una de las poblaciones coloniales de la Quebrada de Humahuaca, Jujuy, donde se observan construcciones y cambios en la línea de lo moderno fruto del auge turístico, pues es una zona muy visitada.
Se observan varios hoteles y restaurantes nuevos que ofrecen una mayor variedad de opciones para los turistas.
La ciudad está rodeada de cerros de colores en los que se pueden observar los cardones en sus laderas.
Como en otros poblados de la quebrada la iglesia parroquial Nuestra Señora del Rosario, reconstruida en varias ocasiones fue declarada Monumento Histórico Nacional y es uno de los lugares más concurridos.
Posee numerosos museos y una gran cantidad de artesanos que ofrecen sus productos en las distintas calles.
Estuvo habitada en la antigüedad por una parcialidad indígena, los Tilcara, por lo cual se tiene este nombre. En la localidad se tiene el Pucará de Tilcara que es una fortaleza indígena.
Una de las cosas que se me quedó grabada en la mente son los sabrosos jugos de mandarina que tomamos en Tilcara, lo cuento pues normalmente los folletos de turismo no lo mencionan.
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