Algo habitual en el cine de ciencia ficción es tener una buena idea, atractiva de entrada, que se desarrolla con más o menos intriga pero que al final pierde los papeles cuando no sabe por donde tirar. Este es el caso de la película que nos ocupa, en la que una cámara de fotos hace retratos del futuro y como este descubrimiento afecta a un trío de amigos. La sencilla puesta en escena no se ve reforzada por unas actuaciones poco convincentes, y aunque la historia se entiende sin mucha dificultad, el caos reinante en la narración durante su desarrollo y las precipitadas explicaciones hacen que nos lleguemos a agobiar en demasiados momentos de este modesto y desaprovechado largometraje. Mi puntuación: 4/10