Es un thriller apasionante, de espías en plena guerra fría y al más puro estilo de los años '50s o '60s. No esperen ver explosiones, efectos especiales al por mayor o tecnología de punta. Acá lo que cuenta es la intuición, el intelecto, el análisis, la capacidad para trabajar y la inteligencia, como debe de ser, sin necesidad de artilugios extraños. Gary Oldman nos entrega una actuación sólida, como George Smiley, ex agente secreto de un grupo de élite inglés llamado "El circo" que trabaja contra los espías rusos, principalmente contra el nombre clave Karla. Sin embargo, después de una fallida misión, Control (John Hurt) y Smiley son echados del grupo. A pesar de ello, Smiley es contratado por el primer ministro Inglés ante la advertencia de la existencia de un espía en el grupo, que pasa información a los rusos. Es así como lentamente se va develando el misterio, en medio del drama y la tensión necesarios para mantenernos al borde del asiento durante las 2 horas que dura el filme. Y con un reparto tan excelso como Colin Flirth, Tom Hardy, Ciarán Hinds, Michael Fassbender y Mark Strong complementan la brillante puesta en escena.
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