Tino Casal fue un personaje y
cantante sobresaliente que emergió de entre las espumas revueltas de la movida
madrileña y, al igual que uno de los mejores exponentes de la movida, Eduardo
Benavente (Parálisis Permante) también murió antes de tiempo en un accidente de
tráfico.
Un pena.
Nunca alguien tan opuesto a lo que me gusta me gustó tanto. Era un
tipo imposible en su extravagancia termonuclear. Fue tan al límite que dejó
todo atrás, sobresaliendo como un volcán en aquella España ochentera todavía
muy confusa. Su voz era capaz de unas inflexiones y cambios de registro que muy
pocos, acaso solo Tino Casal, consiguieron. Barroco, exagerado, veo los vídeos
de las canciones que dejó y tengo que frotarme los ojos. A mí me embelesa la
versión de Eloise, (versión de una pieza de Barry Ryan, os dejo el enlace a
YouTube)
Tino Casal fue muchas cosas para
morir a los 41 años. Una vida como un huracán neilyoungniano. Fue pintor,
escultor, productor musical, productor cinematográfico (financió parte de las primeras
películas de Almodóvar). ¿No será casualidad que las gentes que se movía a su
alrededor me hacen recordar a los secundarios de
Blade Runner y los personajes
de Enki Bilal? Aquí está Eloise…Vale, un día de estos pincho algo más nuevo...
Pido solemnemente que se atienda a la letra, con fragmentos tan arriesgados y en el fondo plásticos como "sus pechos colmado en nitroglicerina".
Tino Casal era audaz.
Tino Casal y su Eloise