La vinculación existente desde hace años entre las dos hermandades marianas, la de la Bella de Lepe y la de la Divina Pastora de Cantillana, se ha puesto una vez más de manifiesto en los cultos que se están celebrando estos días en honor de Santa María La Bella. La amistad y los lazos de común admiración entre un grupo de leperos y cantillaneros, hace que siempre estén presentes estas dos emblemáticas advocaciones en los días más señalados de cada una. Y este año de forma muy especial, pues el padre Álvaro, el mejor embajador de la Pastora de Cantillana, está presente en esta querida ciudad onubense, para predicar, desde el día 7 hasta el 15, la novena de la Virgen. Ese último día, fiesta principal de la Bella, predicará en la muy solemne Función Principal, a la que asisten las autoridades y representaciones de toda la ciudad. El mismo día, al caer la tarde, la Virgen Bella recorrerá en procesión solemne las calles de Lepe. Así mismo, el pasado día 2 de agosto, cuando se iniciaron los actos en honor a la Bella, esta devota imagen estuvo expuesta en besamanos durante todo el día, y para la ocasión su hermandad solicitó el dosel de la Pastora, que está formado con piezas de la canastilla de plata del antiguo paso. Así, de forma extraordinaria por el Año de la Fe, la Bella recibió el homenaje de devoción filial de todo los leperos y devotos, enmarcada por esta pieza del patrimonio de nuestra hermandad, en una estampa que nos recordaba al mayo pastoreño, cuando el Día de los Pastorcitos la Divina Pastora recibe similar homenaje de flores y besos.
Desde aquí felicitamos a nuestros amigos y hermanos leperos en estos días grandes para ellos. Dos advocaciones distintas pero con grandes similitudes y una misma devoción mariana nos unen, y refuerzan cada año más esos lazos de mutuo afecto. Feliz día de la Bella Pastora.