Uno de los símbolos más castizos y reconocibles de Madrid, el letrero de Tío Pepe, que desde 1935 asomaba desde uno de los tejados más céntricos de la capital nos dijo adiós de la peor forma posible, sin avisar. Lo que comenzó siendo una retirada circunstancial para las reformas que se están acometiendo en la futura tienda de Apple terminó siendo un desahucio en toda regla. Sin margen de maniobra, los viandantes se quedaron sin uno de los símbolos más queridos de la ciudad.
Tras muchos meses de un incómodo silencio, la semana pasada amanecíamos con la noticia que tantos esperábamos. El famoso letrero, tras permanecer en el olvido en un almacén de Alcalá de Henares, ultimaba su retorno a la Puerta del Sol, aunque en una ubicación diferente, al número 11.
Sin embargo, el sorprendente cambio que parecía estar cerrado ha sufrido un inesperado giro en las últimas horas. Por lo visto la Comisión de Patrimonio Histórico de Madrid (CIPAM) no ha llegado a un acuerdo económico con la comunidad de vecinos del inmueble y la empresa propietaria del famoso letrero no ha tardado mucho en buscarle un nuevo emplazamiento, a rey muerto, rey puesto.
Al parecer el letrero va a cambiar el bullicio de Sol por el hormigueo constante de otra calle de primer orden, la Rambla de Calatunya, en Barcelona. En la intersección de esta avenida con la Gran Vía de las Cortes Catalanas es donde van a ubicar finalmente al cartel que iluminó la noche de Madrid durante 78 años. Un cambio brusco e inesperado que lógicamente levantará ampollas viendo la rivalidad histórica que siempre han mantenido las dos ciudades. Madrid pierde para siempre a uno de sus símbolos, ¿qué será lo siguiente?
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