Le gustan los rovellones de botón, esos tan pequeñitos que puedes hacer enteros y que son un delicioso bocado. La semana pasada compramos casi un kilo y los preparamos en su jugo con un poco de aceite, sal y unos ajos pelados enteros.
El secreto está en tapar la cazuela para que se forme vapor y más agua que luego será lo que los conservará en perfectas condiciones.
El tiempo de cocción no ha de ser muy largo (10-15 minutos), puesto que luego los vuelve a cocinar con la carne. Una vez los tienes listos, los metes en unos tuppers, los cubres con su propio caldo y cuando estén templados al congelador.
También los puedes guardar en tarros de cristal con tapa hermética y ponerlos al baño maría 20 minutos, pero a mi madre le funciona lo de congelar y le quedan estupendos.
Cuando los necesites, solo has de sacarlos del congelador el día anterior y guardarlos en la nevera. Es mejor hacer una descongelación lenta para no alterar la textura ni el sabor.
Si tenéis otras maneras de conservar setas, no dudéis en compartir.