Tipos de bancos para plantas

Por Daniel Palomino @verdezonaesp
Algunos de nuestros más fieles lectores me han pedido más información sobre los distintos tipos de bancos tras leer el artículo “Banco de semillas” que podéis abrir pinchando en el título para quien no haya podido leerlo hasta ahora.
Básicamente en él explico que los bancos de semillas se crearon para conservar una amplia representación de la biodiversidad y que se destinaron a colecciones de plantas de cultivo entre otras cosas.

Por otro lado, no solo existen estos bancos de semillas sino que también podemos encontrar bancos de polen, colecciones “in vitro” y colecciones de campo.
Estos 3 tipos son los que detallaré a continuación, ya que en el anterior artículo solo los mencioné de pasada.
Colecciones de campo, su nombre lo dice todo porque son terrenos aptos para la siembra de especies específicas, concretamente frutales.
La elección de una ubicación apropiada es fundamental para una adecuada conservación del germoplasma puesto que hay muchos factores que se deben tener en cuenta a la hora de elegir esta ubicación, como las condiciones agroecológicas adecuadas para las plantas que se van a conservar, los posibles desastres naturales y provocados por el hombre asociados con la zona, la accesibilidad para el personal y la disponibilidad de los recursos hídricos, etc.

Principalmente son para especies con semillas recalcitrantes (semillas con un alto contenido en humedad) especies con problemas de latencia (presencia de mecanismos que impiden la germinación), especies con poca producción de semillas.
Con esto se consigue mantener variedades de cultivo que, como he dicho anteriormente son básicamente frutales y el mantenimiento de clones por vía asexual.
Estas especies se mantienen en cultivo si son perennes y por siembra cada año si son anuales. También se mantienen propágulos, bulbos, tubérculo o rizomas.
El problema es este tipo de “banco” es que requiere mucho espacio, áreas adecuadas, invernaderos, sistemas de riego…
Bancos de polen, estos bancos son de gran utilidad cuando se quiere potenciar cruzamientos entre plantas manteniendo el material obtenido por multiplicación vegetativa.
Los bancos de polen tienen la ventaja de que requieren un mínimo espacio y resultan aplicables tanto a especies con semillas ortodoxas (nivel muy bajo de humedad) como a especies con semillas recalcitrantes. 

Sin embargo, sólo conservan la mitad del genoma, el polen tricelular resulta muy difícil de almacenar, necesita de una colección de campo que proporcione flores femeninas para llevar a cabo una propagación convencional y los propágulos no están directamente disponibles.

Sus requerimientos para la conservación son la desecación (10-30%) de humedad, la baja temperatura antes mencionada y la rehidratación (80%) para su posterior utilización.
Colecciones in vitro, se aplica a un conjunto de técnicas que tratan de cultivar el material en condiciones de asepsia  (ausencia de microbios o de infección), sobre medios sintéticos y bajo condiciones ambientales controladas.

El cultivo se puede iniciar en cualquier parte de la planta y este tipo es apropiado para especies con semillas recalcitrantes, especies con baja o nula producción de semillas fértiles, especies silvestres con poblaciones muy reducidas o especies perennes de ciclo de vida muy largo.
Por otra parte y para acabar, tengo que decir que si hay una colección “ex situ” que no he mencionado, ¿qué me decís de los jardines botánicos?
No solo están para pasar el rato un domingo viendo flores, se trata de instituciones que combinan varios tipos de bancos de germoplasma.
Actualmente están muy implicados en la conservación, tienen una importante labor divulgativa, investigación y concienciación ambiental.

Jardín botánico de Córdoba, España


¿Visitaréis los jardines botánicos con otros ojos ahora? 
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