Tipos de dibujos infantiles según la edad de los niños

Por Patricia Patricia Manzano Gómez @lavidaentrebibe

La expresión artística es una de las primeras que se manifiesta en la infancia. Desde el momento en que son capaces de coger un lápiz los niños empiezan a rayar hojas y hojas con diversos garabatos. Nadie les enseña, antes de hablar incluso, colorean. Sienten placer al ver esos trazos que poco a poco irán perfeccionando, representando a su manera tanto el mundo que les rodea como sus propias emociones.

A partir del año, cuando su coordinación lo permite son capaces de coger las pinturas y empezar a dibujar.

Se trata de trazos irregulares en los que les gusta emplear diferentes colores. Es bueno que los padres estimulen esta afición, con los instrumentos necesarios el niño descubre una forma más de relacionarse. Habrá que estar atento y orientarle ya que con una pintura en la mano el niño no distingue entre papel, paredes o sofá.

Los garabatos empiezan a partir de los 18 meses

A partir de los 18 meses, esos trazos irregulares se empiezan a convertir en garabatos, la psicomotricidad fina evoluciona y le permite coordinar mejor sus movimientos. En torno a los dos años el niño, además de tomar el dibujo como una forma más de expresarse, comenzará a sentir curiosidad por los colores. Comprueba que existe una relación entre sus movimientos y lo que surge en el papel, lo que le lleva a experimentar.

A partir de los dos años y medio o incluso antes, esos garabatos comenzarán a tener cargas simbólicas para el niño. Puede que sea mamá, papá o un perro, pero ya tendrá un sentido, sentirá que son verdaderas creaciones por lo que aumentará su interés en el dibujo. Habrá que reaccionar de forma positiva ante estos dibujos que aunque simples, tienen gran significado para él.

A partir de los 3 o 4 años los dibujos se parecen a la realidad, lo que más le gustará dibujar son las figuras humanas y ya mostrará preferencia por uno u otro color. Con cinco años estará listo para representar cualquier dibujo, desde personas hasta paisajes y todo tipo de objetos. En esta última etapa es cuando sus dibujos pueden servir de orientación a padres y educadores, aunque en las etapas previas también es posible vislumbrar parte de su forma de ser a través de como se expresa con el lápiz, por ejemplo solo la forma de cogerlo ya puede indicar si está tenso o relajado.

Los dibujos como herramienta psicológica

El dibujo como herramienta psicológica es muy útil para comprobar como vive su mundo y conocer como representa su universo subjetivo. Se trata de tendencias que hay que valorar en conjunto con el resto de indicadores, pero que ya ofrecen una pauta. Por ejemplo los niños agresivos o desobedientes dibujan grandes dientes, trazos rectos, muy alargados y ascendentes, extremidades largas o puños cerrados. El niño inseguro dibuja manos y brazos pequeños y pegados al cuerpo con un trazo irregular. El que es egocéntrico suele hacer formas exageradas con grandes cabezas. Los perseverantes dibujan figuras con muchos detalles, bien contorneadas y expresivos rostros.

En definitiva, el dibujo infantil puede ayudar a conocer mejor al niño y también para saber cuando está pasando por una etapa difícil, ya que todo ello se reflejará en sus pinturas.