Este material tiene las características ideales para la elaboración de cuadros de bicicletas, ya que proporciona flexibilidad, ligereza y resistencia.
Qué es la fibra de carbono
Para comenzar vamos a describir qué es la fibra de carbono. Seguramente muchos de vosotros pensáis que es un metal, al igual que el aluminio pero con otras propiedades.
Pues bien, la fibra de carbono no es un metal, aunque es sólida. En la naturaleza se presenta en tres formas diferentes, el grafito, el diamante y el carbón, dependiendo de la disposición de sus átomos.
Para realizar la fibra de carbono hay que añadirle unas resinas que van a producir un trenzado, dando lugar a los cuadros de bicicletas que tenemos actualmente.
Pero no todos los carbonos son iguales, y no todos los procesos de fabricación son iguales.
Tipos de fibra de carbono
El carbono, al igual que el aluminio, presenta diferentes variedades y métodos de fabricación. La nomenclatura del carbono se basa en el número de filamentos que tiene el carbono utilizado. Existen estos tipos:
- 1K
- 2K
- 3K
- 12K
Los números de esta nomenclatura nos están indicando el número de filamentos que se emplean en la fabricación del carbono. Por ejemplo, la nomenclatura 2K quiere decir que se está utilizando una fibra de carbono que contiene 2000 filmanetos.
En el caso de los cuadros de las bicicletas el tipo de fibra que más se utiliza es la 3K, de 3000 filamentos, ya que es la que aporta un equilibrio perfecto entre rigidez y ligereza.
No obstante para la construcción del cuadro de una bicicleta, aunque la fibra principal suela ser la 3K, se utilizan diferentes tipos de fibra para propocionar al cuadro diferentes características según la zona del cuadro.
Con esto nos referimos a que las zonas del cuadro que están expuestas a más trabajo y soportan más fuerza y torsión estarán reforzadas con diferentes fibras de carbono que le aportan una mayor rigidez.
Sin embargo las zonas del cuadro que no están sometidas a torsiones se realizan con fibras más ligeras.