En esta ocasión seguiré dándole continuidad a la serie de publicaciones acerca de los distintos tipos de profesores, pero esta vez con otra variación, ya que aunque en los artículos anteriores he mencionado a profesores que pueden llegar a causar uno que otro inconveniente, también hay que recordar que existen excelentes maestros, y será sobre ellos que hablaré el día de hoy.
En esta publicación mencionaré cuales son las principales características que llegan a tener, hay algunos que poseen todas ellas mientras que otros tendrán solo unas cuantas, sin embargo, no por ello dejan de ser excelentes maestros ya que estas son solamente algunas de sus cualidades.
Lo primero de lo que hablaré será acerca de que se preocupan por los alumnos y toman en cuenta determinadas circunstancias cuando lo ocasión lo amerita, en casos así y si se trata de una profesora que además enseña en primaria, es seguro que tarde o temprano uno de sus alumnos llegará a llamarla "mamá" por error, es algo inevitable, se podría decir que algo así como una ley del universo.
Otra de las características es que explica de manera fácil y con ejemplos cotidianos que se entienden y que quedan grabados en la memoria, de esa forma, las clases se vuelven sencillas de seguir y los alumnos no terminan con: jaquecas, confusiones, casos leves de amnesia, estrés, irritabilidad, sensaciones de haber recibido clases en un idioma extraño, pesadillas ocasionadas por los estudios, etc.
También se adapta a los alumnos y comprende que no todos son iguales, debido a ello puede llegar a usar distintos métodos de enseñanza en distintos momentos, claro está, esto no siempre es fácil, sobretodo si cuenta con un aula de clases con entre 40 y 50 alumnos, en casos así puede adaptarse de una manera más bien general.
Escucha, corrige, enseña y está al tanto de las dudas, no deja que los alumnos se quedan confundidos en algún tema y no les importa tener que retroceder algunos temas para asegurarse de que todos entiendan a la perfección lo dicho durante las clases, contesta con gusto las preguntas que le hacen e insta a que le pregunten con confianza.
Se adentra en el tema tanto que te sientes ahí, si por ejemplo la clase involucra una playa, casi puedes sentirte en ese lugar, puedes sentir el viento en tu cara y el olor a mar, es curioso, pero la mayoría de los maestros que mencioné en una de mis publicaciones anteriores tienen esta habilidad, el detalle está en que en esos casos, por muy interesante que la charla sea, no tiene nada que ver con la clase que imparten.
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Estoy seguro de que la gran mayoría de nosotros ha tenido al menos a un maestro así, y podemos sentirnos afortunados por ello, y si de paso se da la casualidad que la clase que da es una considerada difícil, pues aún mejor, ya que si las clases así son dadas por un maestro que dificulta las cosas aún más, puede que llegues a necesitar mucha dedicación, paciencia, y algo de suerte
La verdad es que no es fácil ser maestro, se podría decir que es un trabajo de vocación y que no cualquier persona puede llegarlo a ejercer, es por eso que los maestros son dignos de admiración, en lo personal admito que no me atrevería a ejercer una carrera así, posiblemente terminaría escapando aunque tuviera que hacer un túnel debajo de mi escritorio usando solamente una cuchara, un hule y una bola de goma,
Y sin más por decir, me despido por ahora, pero recuerden siempre, que si alguna vez llegas a tener que afrontar una clase difícil, con un profesor que haría parecer que el dos más dos es una ecuación compleja y difícil, lo mejor es que te prepares con tiempo para los exámenes, que busques técnicas de meditación y por si acaso, ten cerca el número de un buen psicólogo.
¡Hasta luego!