Tips para aficionarse a caminar y no morir en el intento

Publicado el 24 octubre 2016 por Braisly @BraisLY

“Voy despacio, pero jamás desandando lo andado.”

¡Hola a todas/os!

El mes anterior os hablaba de cómo afronté nuevas rutinas de actividad física. En esta ocasión os traigo diez tips para aficionarse a caminar y no morir en el intento.

Recuerdo una vez más que no soy entrenadora personal, ni la información que váis a leer a continuación tiene algún rigor científico. Todo está basado en mi experiencia y reflexiones propias. A día de hoy, esta serie de consejos, me siguen permitiendo continuar con unos buenos hábitos físicos.

Espero que pueda ayudaros con ello a haceros el camino un poco más fácil. Veamos uno por uno, estos sencillos consejos:

Aficionarse a caminar

1. Elegir un buen atuendo.

Este consejo os puede parecer innecesario, pero es demasiado importante que vistamos ropa cómoda. Nuestro “uniforme” debe permitirnos movernos con total libertad. No debe apretar demasiado algunas zonas, y debe aportar sujección en otras determinadas. Por ejemplo, las chicas debemos prestar especial atención al sujetador que elegimos, y más aún al realizar cualquier esfuerzo físico.

No salgas a caminar tal como vas a trabajar o a la universidad, a no ser que no te quede otra. Nuestro cuerpo trabajará mejor, si le damos esa libertad de movilidad y confort. Además, incluso podemos aprovechar la ocasión para disfrutar eligiendo dicho atuendo, y considerándolo nuestro uniforme de “batalla”.

2. Elegir un zapato especializado.

Con respecto al calzado, pues obviamente debemos buscar además del confort y la transpiración, la calidad. Y para ello no necesariamente necesitamos dejarnos el sueldo. Pero eso sí, tampoco lanzarnos a cualquier oferta de dudosa calidad, o de tiendas y/o marcas no especializadas.

Yo creo que para ello, los outlets de marcas conocidas pueden ayudarnos bastante; merece la pena invertir un poco más en unas zapatillas de calidad. No porque te vayan a durar más, que puede que sí, si no porque el tiempo que te duren, estarás beneficiando la salud de tus pies, y no maltratándolos con cualquier cosa.

3. Utilizar apps u otros utensilios de seguimiento.

Gracias a nuestros smartphones, tenemos un gran abanico de aplicaciones, muchas de ellas gratuitas, que nos pueden ayudar a hacer un seguimiento de nuestro ejercicio físico. Y si no, bien podemos hacernos con un podómetro, pulsera o reloj de actividad, etc.

Además de controlar variables como la distancia, la velocidad, el tiempo, las calorías consumidas, las pulsaciones, etc., también nos pueden ayudar a hacer un seguimiento de nuestros progresos y a motivarnos a seguir avanzando y superando nuestras propias marcas personales.

4. Acompañar con música.

Si te gusta la música, el hecho de salir a caminar puede suponer un momento perfecto para escucharla. Si al principio se te hace demasiado “cuesta arriba” el salir a caminar; la música puede ayudarte a ponerte las pilas, haciendo que distraigas la mente y dejes de ver el caminar como obligación (que nunca debe serlo).

5. Hacer rutas circulares.

Esto os puede sonar demasiado raro, pero para mí es una norma sagrada e inquebrantable, siempre que el lugar me lo permite. A lo que me refiero con hacer rutas circulares, es a que no hagamos un “ida y vuelta”. Más que nada porque al principio, la pereza puede llevaros a acortar camino, hasta que lleguéis a quedaros en casa.

Os lo ejemplifico como si la ruta fuese un viaje a través de la Península Ibérica: imaginaos que os proponéis ir desde la costa sur hasta la costa norte (ida y vuelta). Pues lo primero que se os viene a la mente es subir y bajar por Madrid para que sea más directo. La idea para convertir el itinerario en una ruta circular, sería plantearlo para subir por la zona levantina, y bajar por Portugal, o vicerversa. Así, evitamos el pensar: hoy estoy cansada, sólo llego hasta Burgos y me vuelvo.

Pues la misma idea, pero aplicada a la zona dónde viváis, y dónde vayáis a caminar.

6. No repetir rutas en una misma semana.

Lo mejor es tener planificadas varias rutas, y hacer una distinta cada día de la semana. Más que nada, porque así evitamos caer en una rutina que pueda asfixiarnos con el paso de los días y la monotonía.

Si la zona por la que nos movemos, no tiene demasiado juego, pues cambiar el sentido: un día empiezo por el este, y al siguiente por el oste. Incluso, si aún así, nos acecha la repetitividad, podemos dedicar algún o algunos días específicos a trasladarnos a otro lugar dónde podamos caminar por sitios nuevos. Aunque tengamos que desplazarnos un poco más.

7. Elegir tu mejor horario.

Este consejo es demasiado lógico, lo sé, tanto como llevarlo a cabo con éxito en la práctica. Si tu mejor momento es a las once de la noche, para después llegar, ducharte e irte a dormir, pues ¿qué hay de malo en ello? Adelante.

Puedes ser flexible respecto al horario que te pongas, aunque quizás sea más organizado tener una hora fija cada día, y no cada día un horario distinto. Lo bueno de la flexibilidad, es que si un día te salen otros planes y no puedes a tal hora, siempre puedes buscar otra alternativa. Eso sí, evita el decir: — Hoy he quedado con mis colegas por la noche, así que mi paseo nocturno, para mañana.

Vete a mediodía, y después vete a disfrutar con la satisfacción de saber que has cumplido con tus objetivos.

8. Elegir tu mejor compañía.

El caso de este consejo, es demasiado subjetivo. Yo te recomiendo, que si te estás iniciando a caminar y en la actividad física en general, optes por ir sin compañía, al menos al principio. Más que nada para que puedas adquirir el ritmo que más se adapte a tus cualidades. Y así no tener que adaptarte al de otra persona, ya que puede ser más o menos veloz que el tuyo. En el caso de que sea más veloz, eso puede generarte ansiedad, y por lo tanto no disfrutarás y terminarás abandonando pronto.

Si por el contrario, lo que te motiva es ir con alguien, y que ambos os animéis mutuamente, pues adelante, una vez más, elige lo que mejor de adapte a ti.

Y tengo que añadir también, que las compañías perrunas también pueden llegar a ser de lo más motivadoras y apetecibles. Si nunca has probado, te animo a que lo hagas.

9. Aprovechar el momento para pensar.

Este es otro de mis tips imprescindibles. La mayoría de las veces que salgo a caminar lo hago sola, así que aprovecho ese ratito para pensar y poner un poco de orden a las ideas. Es mi momento de soledad, más provechoso del día. Planifico mentalmente todo aquello que necesito, ya sea de trabajo, estudios o vida en general.

Pienso que todas las personas necesitamos una pequeña dosis de tiempo con nosotros mismos, y la verdad es que el momento de caminar es el más idóneo para ello.

Además os digo, que ninguna ruta se hace demasiado larga, si la mente está ocupada trabajando saludablemente.

10. Disfrutar mejorando.

Como ya he dicho, nunca debe ser una obligación, si no que tenemos que disfrurar caminando. Aunque al principio nos pueda dar pereza, una vez le cojamos el “gustillo”; el caminar puede instaurarse en nuestra vida como una de nuestras nuevas aficiones.

Al final todo debe resumirse en eso, en disfrutar, en marcarnos nuevos retos que se vayan cumpliendo. Para hacernos sentir dichosas y dichosos de todo lo que trabajamos a diario.

Caminar puede contribuir muchísimo a una vida mucho más plena, enérgica, saludable, y por supuesto, feliz.

Espero que os haya gustado y que os aficionéis, nos vemos el mes que viene 😉

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