Tips para aliviar el reflujo de tu bebé

Por Madrescabreadas @madrescabreadas

Casi todos los bebés sufren regurgitaciones, lo que se suele llamar echar bocanadas de leche, de vez en cuando al ratito de haber terminado la toma, incluso algunos hacen un guiño porque lo que expulsan les sabe agrio. Esto es normal.

Pero otros bebés padecen lo que se llama reflujo gastroesofágico, que puede darse en mayor o menor grado. Esto se debe, por lo general, a la inmadurez del sistema digestivo, que hace que una válvula no se cierre del todo, y el alimento, cuando está digiriéndose en el estómago vuelva a subir por el esófago, llegando incluso a producirse el vómito en los casos más severos, y a lesionarlo por la acción abrasiva de los ácidos que intervienen en el proceso digestivo. (Lo he explicado tal y como yo lo entendí, y creo que lo pueden entender otros padres, que me perdonen los médicos las inexactitudes).

En nuestro caso, a Leopardito le diagnosticaron reflujo gastroesofágico en grado moderado cuando tenía 2 meses. Tuvieron sospechas de esofagitis, pero quedó descartada tras una prueba.

Mi bebé no llegaba a vomitar, pero le dolía mucho cada vez que el alimento le subía del estómago, lo que le impedía dormir y, en general, era una odisea cada vez que lo teníamos que tumbar, por ejemplo, para cambiarle el pañal.

Cómo detectar los síntomas de reflujo

Si el bebé vomita mucho, y llora cuando lo hace, es fácil darse cuenta, pero si no vomita, a veces es complicado percatarse porque no tenemos ninguna señal externa que nos lo indique, salvo que llora mucho. Pero, claro, los bebés pueden llorar por muchas causas.

En nuestro caso nos dimos cuenta por varias cosas:

-Se atragantaba al mamar con frecuencia y tosía. Prácticamente en cada toma.

-Lloraba mucho cuando lo tumbábamos para cambiarle el pañal.

-Se despertaba continuamente por la noche llorando, normalmente, el primer despertar era al ratito de haber terminado la toma.

-No toleraba la posición "cuna" para mamar, creemos que porque le presionaba el estómago.

Tratamiento médico

En uno de los atragantamientos que sufrió acudimos a urgencias y le realizaron una prueba de deglución en la que le diagnosticaron reflujo moderado y le prescribieron un tratamiento con un antiácido llamado ranitidina, de fórmula magistral, a fabricar en la farmacia.

Por lo general se les suele practicar una prueba llamada Peachimetría, pero en nuestro caso, tras consultar varias opiniones, no consideramos necesaria hacérsela.

La ranitidina tiene el inconveniente de que pierde su eficacia a los pocos días de su elaboración por el farmacéutico, así que no nos funcionó muy bien, y acudimos a un especialista de gastro quien nos cambió el tratamiento por otro a base de un derivado del omeprazol comercializado con el nombre de Nexium, que viene en polvos dentro de unos sobres.

La dosis para bebés no están comercializada, así que tuvimos que medir nosotros qué cantidad le dábamos en cada toma, siempre siguiendo las instrucciones de su médico.

Este último tratamiento le fue mejor, pero no fue la panacea, ya que el problema es que su alimentación era líquida todavía, y a la hora de dormir lo pasaba el pobre muy mal.

Tratamiento de modificación de hábitos

En el hospital nos dieron unas sencillas recomendaciones que mejoraron bastante los síntomas.

Hábitos de amamantamiento

Mi pequeño se alimentaba con lactancia materna exclusiva, así que intentaba que no comiera demasiado en cada toma. En mi caso, sólo le ofrecía un pecho, no los dos. Esto hacía que comiera con más frecuencia, pero cantidades más pequeñas.

Modifiqué mi postura de amamantamiento de la posición cuna a la posición biológica. Es decir, yo, recostada hacia atrás, y él sobre mí, con lo que lográbamos que estuviera con el estómago estirado, no encogido como antes, y su tronco inclinado, no horizontal, de manera que la cabeza siempre quedaba por encima del estómago.

He de decir que si no llega a ser por el servicio ALMA (Atención a la Lactancia Materna) de la Arrixaca de Murcia no hubiera logrado seguir amamantando a mi hijo, porque llegó a rechazar el pecho, ya que lo asociaba con el dolor. Muchas gracias, Mónica.

Tras las tomas, posición vertical. Normalmente les va genial un portabebés ergonómico , pero en el caso de Leopardito, rechazó todos y cada uno de los que probé, y eso que tengo amigas asesoras de porteo que me aconsejaron genial. Pero a mi bebé le iba mal porque le hacía vomitar. Pero ya os digo, que en general va fenomenal, así que probadlo.

Alimentación complementaria

Cuando se empiezan a introducir alimentos diferentes a la leche, a mí me fue muy bien no triturarlos, sino, como mucho, machacarlos. El método Baby lead weaning todo terreno, como yo lo llamo, y que ya os expliqué, fue el que practicamos.

Hay que procurar evitar los alimentos ácidos, como las naranjas (lástima porque le encantaban como se aprecia en la foto), el tomate...

El chocolate también les suele sentar bastante mal.

Pero cada niño es diferente, y hay que probar qué alimentos les sientan mal para eliminarlos de la dieta.

Por ejemplo, en nuestro caso, el yogur no le sentaba bien, sin embargo, le iba genial la patata cocida, la manzana, el plátano...

Las cenas deben ser muy suaves, y evitar el tomate frito.

Cómo dormir

Éste es el caballo de batalla de los niños con reflujo.

En cualquier caso, la posición totalmente horizontal para dormir se debe evitar para prevenir atragantamientos, y es mejor que duerma de lado, teniendo cuidado de que no siempre lo haga sobre el mismo, sino ir cambiándolo para evitar deformaciones en la cabecita.

Mi consejo es que el bebé duerma cerquita nuestro para que podamos estar pendiente de eventuales vómitos y atragantamientos.

Una hamaca

Mi criterio, aunque yo no lo hice porque reaccioné demasiado tarde después de probar varias cosas, es que el peque se acostumbre desde el principio a dormir en una hamaca. .

Las hay en el mercado de varias clases AMAZON HAMACA, y creo que en ellas la posición que adopta el bebé es la ideal para minimizar las subidas de alimento del estómago al esófago ya que la cabeza siempre queda por encima del estómago.

Cuña bajo el colchón

Otra opción es poner debajo del colchón una cuña de unos 20º, o meter toallas para elevarlo, y poner una enrollada a modo de cilindro debajo del culete del bebé para hacer de tope, pero por debajo de la sábana para que no se mueva, y así evitar que se vaya resbalando hacia abajo.

Al final siempre acaba mal puesto y escurrido, sobre todo cuando va siendo mayor y teniendo más movilidad.

Ésta es la opción que tomamos nosotros, aunque ya os digo, que si volviera atrás, seguramente probaría con una hamaca.

Elevar las patas traseras de la cuna

Se pueden poner unos elevadores, tacos de madera, o lo que so os ocurra, para elevar ligeramente la parte de atrás de la cuna, donde el bebé apoya su cabeza al dormir.

Posición de la madre amorosa

La cuarta opción es la de la madre amorosa, aunque no creo que se pueda aguantar toda la noche por la madre (o padre) pero sí un ratito, al menos el sueño después de la toma.

Consiste en poner al bebé sobre nuestro pecho, y permanecer semi incorporadas en la cama con almohadones en la espalda e intentar dormir así nosotras, porque ellos desde luego, así sí que duermen a pierna suelta.

Ésta opción también la practicamos bastante.

Otros hábitos

Hay que procurar tumbarlo lo menos posible, así que os recomiendo trasladarlo, en lugar de en un cochecito, en un portabebés ergonómico.

De todos modos, si lo ponéis a ratos en el cochecito, mirad que se pueda elevar la parte de la cabeza, y si no, ponedle debajo del colchón del cuco toallas para dejarlo en cuña de unos 20º, igual que os he recomendado para la cuna.

En casa tenerlo en hamaquita mejor que en la cuna todo el rato.

Cambiar el pañal es un momento crítico. Procurad hacerlo rápido, y elevarle siempre la cabeza por encima del tronco.

Yo, en cuanto aprendió a andar, desarrollé una habilidad especial para cambiarle el pañal de pie. Así, un problema menos.

Cuándo se cura

Salvo casos excepcionales, en los que la solución es la cirugía, se suele curar con el tiempo, cuando el sistema digestivo termina de madurar, sobre los 2 años de edad aproximadamente.

Nuestro Leopardito tiene ya 3 y medio y, salvo alguna molestia ocasional, sobre todo cuando duerme la siesta, o por las noches, está como una rosa, ya ya puede comer chocolate, que le encanta (como a su madre). En la foto, su último cumpleaños poniéndose hasta las cejas literalmente.

Si sospechas que tu bebé padece de reflujo, lo mejor es que lo comentes con su pediatra par salir de dudas, y si se confirma, la mejor medicina es la paciencia y el amor porque seguramente se terminará curando con el tiempo.

¿Me cuentas tu experiencia con el reflujo?