Tiramisù de castañas asadas y Moscatel (Idea para Navidad)

Por Carolina Sánchez Fernández @SIempredulces

Seguimos la cuenta atrás hacia las fiestas de Navidad y esta semana os traigo otra propuesta exquisita para que podáis sorprender a todos vuestros seres queridos con un postre 10: Un " Tiramisù de castañas asadas y Moscatel". Una combinación suave y deliciosa, con un toque de lo más navideño, que trae recuerdos de reuniones familiares, chimeneas encendidas y en definitiva, calor de hogar.

Comenzaremos asando las castañas. Si tenéis la suerte de tener chimenea en casa, no dudéis ni por un segundo en asar las castañas en las brasas.... y luego, por supuesto, intentad no coméroslas, que son para el postre. ¡Jajajaja!. Bueno, mejor que compréis algunas castañas de más, por si acaso. :) Los demás, podéis asar las castañas en el horno, después de hacerles unas incisiones. No consigues tanto sabor como asándolas al fuego, pero quedan muy ricas. Y sí, también podemos cocerlas en el microondas, en tandas de 1-2 minutos, hasta que estén blanditas.

Después de pelarlas y retirar las que tengan gusanillos y demás visitantes, transformaremos las castañas asadas en un puré fino, ayudándonos de un poco de nata y leche, y lo reservaremos para usarlo como base de la crema de nuestro Tiramisù. Necesitaremos 350 g de castañas ya limpias, pero pensad que tienen mucho desperdicio. Para conseguir ese peso yo asé unos 750 g, porque muchas venían con bichitos. Así que no compréis una cantidad muy justa.

Cuando preparamos el Tiramisùclásico, bañamos los bizcochos de Soletilla en una mezcla de café y vino Marsala. En este caso, usaremos vino Moscatel con un poco de zumo de naranja, que crea una combinación perfecta con el sabor de las castañas. Podemos mojar los bizcochos directamente o hervir un poco la mezcla para que se evapore el alcohol y quede más suave. Además, si queremos que sea un postre totalmente casero, también podemos preparar las Soletillas en casa. Es super sencillo y podéis encontrar la receta .

Para terminar con las elaboraciones, prepararemos la mousse de queso mascarpone con castañas de forma tradicional, preparando una masa bomba con las yemas y el azúcar, que mezclaremos con el queso, el puré de castañas y las claras montadas a punto de nieve. Os va a entusiasmar, es realmente deliciosa.

Y finalmente lo único que queda es emplatar y decorar. Podéis optar por montar el Tiramisù en una fuente, de forma tradicional, o buscar otro tipo de presentaciones también atractivas, como unas copas para postre, donde se pueden entrever las capas de bizcocho y mousse. ¡Difícil resistirse a no meter la cuchara hasta el fondo!. Y más, decorado con unas hojas de chocolate negro, super sencillas de hacer, que son el toque final a esta delicia.

Tiramisù de castañas asadas y Moscatel

Ingredientes

  • Castañas - 350 g (limpias y asadas)
  • Leche entera - 200 ml
  • Nata - 100 ml
  • Azúcar moreno - 60 g
  • Queso mascarpone - 250 g
  • Huevos L - 4 uds
  • Azúcar - 100 g
  • Bizcochos de Soletilla - 22-24 uds
  • Vino Moscatel - 400 ml
  • Zumo de naranja - 100 ml
  • Cacao en polvo - C.S.
  • Chocolate negro - 60 g (NO cobertura, chocolate de comer)

Elaboración

Comenzamos asando las castañas. Precalentamos el horno a 200 ºC, con el calor arriba y abajo, o mejor con ventilación, si tenéis esa opción. Lavamos bien las castañas y les hacemos una incisión con un cuchillo afilado, hasta cortar parte de la carne. Las repartimos en una bandeja de horno, sobre papel de aluminio, las espolvoreamos generosamente con agua y las cocemos unos 20-25 minutos o hasta que estén blanditas. Cuando podamos manejarlas sin quemarnos, las pelamos en caliente. Si se enfrían, podemos recalentarlas utilizando el calor residual del horno.

Pesamos los 350 g de castañas asadas limpias y las ponemos en el bol de la trituradora junto con la leche, la nata y el azúcar moreno. Trituramos hasta que se forme un puré liso y lo pasamos por un colador fino para quitar cualquier trocito de castaña que pueda quedar. Reservamos.

Mezclamos el vino Moscatel con el zumo de naranja en un recipiente donde nos sea fácil bañar los bizcochos de Soletilla. Si queremos eliminar la fuerza del alcohol, podemos hervir la mezcla unos minutos y dejar templar. Comenzamos a montar nuestros tiramisù preparando las bases de bizcochos mojados en el vino con naranja. Escúrrelos bien para que no agüen la mousse y para que no tomen demasiado protagonismo, ya que el sabor de la castaña es muy suave.

Preparamos la mousse de queso y castañas. Todos los ingredientes tienen que estar atemperados a la temperatura ambiente. Desclaramos los huevos y montamos las yemas con el azúcar, hasta que blanqueen y tripliquen su volumen. Reservamos. Montamos las claras y reservamos. Trabajamos un poco el queso con una varilla hasta que quede cremoso. No lo batas enérgicamente, el mascarpone se corta en seguida, hay que mimarlo mucho. Añadimos el puré de castaña y mezclamos bien. Incorporamos la crema de yemas y finalmente las claras montadas en 2 tandas, utilizando una lengua y movimientos envolventes.

Extendemos la mitad de la mousse de queso y castaña encima de la base de bizcochos que ya teníamos preparada. Cubrimos con otra capa de Soletillas mojadas en Moscatel con naranja y tapamos con el resto de la mousse. Si preparamos los tiramisù en vasos, podemos añadir la mousse con una cucharilla de postre o escudillándola con una manga pastelera. Para terminar, espolvoreamos toda la superficie con una capa generosa de cacao en polvo y metemos en la nevera a reposar, mínimo 4 horas.

Mientras, podemos elaborar las hojas de chocolate para la decoración. Buscamos unas hojas que nos gusten, yo he utilizado hojas de acebo, Ilex aquifolium, que es muy navideño. Las lavamos y secamos bien. Derretimos el chocolate en el microondas, en tandas de 30 segundos, removiendo bien entre cada una. Tiene que ser chocolate de comer, NO cobertura, para que endurezca bien. Con ayuda de una cucharilla o una brocha, pintamos el envés de las hojas (la parte de abajo) con una capa generosa de chocolate y las distribuimos en un plato. Metemos en la nevera hasta que endurezcan y finalmente separamos las hojas de verdad de las de chocolate, metiendo entre ambas un cuchillo fino y afilado.

Espero que os guste. Ya me contareis. ¡Feliz semana a todos!.