Aunque han habido muchos modelos biomecánicos que trataban de estimar la velocidad del "rey" de los dinosaurios, un modelo es eso: una posibilidad y no es evidencia directa. No es que sean malos, por el contrario, son excelentes, pero lo mejor sería tener huellas del proceso de andar de un tiranosaurio rex ¿no? Pues este año se descubrió precisamente eso: un rastro de huellas de un juvenil de T. rex. El hallazgo se produjo en la Formación Lance, del Cretácico tardío (68-66 Ma), en el estado de Wyoming, EUA.
Aunque el paper nos indica que el dueño de las huellas era un juvenil y que podría ser de Tyrannosaurus rex o de Nanotyrannus lancensis, hoy estamos casi seguros que el segundo taxón no existe y que es de hecho, erigido a partir de un joven T. rex. Gracias al tamaño de las huellas y a su distancia, los investigadores pudieron estimar la velocidad del animal que dejó las huellas. Sorprendentemente el cálculo arroja velocidades de entre 4.4 Km/h y 8 Km/h... Y esto es notablemente lento cuando se compara con otros terópodos de talla similar.
¿Significa esto que mi amado tiranosaurio recs azezhino no era un velocista? Probablemente, pero hay que tener en cuenta que esto es sólo una pieza de evidencia y que las cosas en ciencia suelen mejorarse y afinar resultados.
Referencia:
Sean D. Smith, W. Scott Persons, Lida Xing. A tyrannosaur trackway at Glenrock, Lance Formation (Maastrichtian), Wyoming. Cretaceous Research, 2016; 61: 1 DOI: 10.1016/j.cretres.2015.12.020