Tiraspol, capital de transnistria. viaje a ucrania, día 5

Por Trotaburgos @trotaburgos

Parece mentira que hayamos pasado noche en Tiraspol, la capital de Transnistria. Cuantos años hace que tenia este lugar en el punto de mira viajero y mira por donde, se ha hecho realidad.

Nos levantamos a las 8:15 horas, ya tenemos el desayuno en la nevera. Cada uno tiene lo suyo en su bolsa. Bollo de hamburguesa, tarrinas con mantequilla y mermelada, huevo duro, galleta de chocolate, yogur y manzana.

Nos ponemos un café y charlamos un rato con Stefan, el señor de ayer que es danés. Habla muy bien español. Tiene 61 años y se dedica a viajar dos o tres meses al año. Sabe varios idiomas, es una maravilla. Ya se van levantando los demás y vamos haciendo relevo, pues la cocina es muy pequeña. Nos duchamos y a esperar al dueño que nos devuelva los 10€ y darle la llave. Nos queda un rato para seguir viendo cosas.

El hostel muy recomendable. Limpio y bien ubicado. Tiene la habitación doble en la que hemos estado nosotros, otra habitación con 6 camas en litera y nada más.

Hasta que llega el camarada Dimitri charlamos con los guiris del hostel. Le damos las llaves y nos devuelve la fianza. Fijaros en la foto de las llaves, la chapita de plástico azul es el imán para abrir el portal. Todas las puertas interiores del hostel también llevan imán y no tienen resbalón, se abre y cierra con llave normal. Es la primera vez que vemos este sistema.

Según me acaba de soplar un pajarito, el sistema de imán en las cerraduras de la calle es debido a que las bajas temperaturas de invierno hacen que las cerraduras puedan congelarse. Al menos es lo que ocurre en Rusia. Y tiene su lógica, gracias Luis por el apunte.

Salimos a la calle a pasear hasta la hora de marchar. Hace bastante calor y un día azul como todos los que llevamos de viaje, solo el día que llegamos a Kiev estaba nublado. No hemos visto llover y la temperatura todos los días muy buena.

Cogemos desde el hostel dirección hacia el Río Dniester. Pero llegamos a una zona verde ya sin casas y nada atractivo, así que damos media vuelta. Entramos en un super y compramos una botella de licor de la marca licorera de aquí, Kvint. La fábrica por la que pasamos ayer, enfrente de la Oficina de Turismo. Licor de frambuesa. Es de medio litro, tiene 25° y nos cuesta 20,50 PRB, poco más de 1€.

La idea de comprar algo en un super es para conseguir monedas y sobre todo las de plástico. Y conseguimos unas cuantas, no tienen muchas. Pero no son monedas, o al menos tienen la equivalencia de los billetes. Son supercuriosas, como podéis ver en la foto. Son acorde con los billetes y son o no son sacados del monopoli?. Es el mejor recuerdo que te puedes llevar de este país.

Nos acercamos a Correos para mandar una postal. El sello es moldavo lógicamente, ya que Transnistria no existe. La oficina de Correos está en la esquina de la Calle Lenin con la Avda. 25 de Octubre. Muy cerquita del Hostel.

Vemos algún edificio ministerial y también algún edificio de viviendas del pasado.

Algunos Ladas e incluso una ambulancia de la época, eso si, en uso. La hoz y el martillo casi no lo vemos en ninguna parte. Parece que están borrando el pasado. Gente bien vestida, buenos coches, edificios modernos, limpio y cuidado, así se puede resumir este país que no existe pero que aquí está porque lo hemos visto.

Caminamos hacia la estación, entramos a otro super a comprar bebida fresca y a conseguir más monedas de plástico. Nos llevamos las que tiene, 3 más!!!!!

En el parque que hay al lado de la estación, junto a una iglesia, comemos en un banco a la sombra unos bocatas. Después nos acercamos a ver la iglesia, está en construcción. Una chica nos cuenta que están teniendo muchos problemas y las obras van muy despacio. Vemos un par de monjas pero no fotos.

Con las mismas a la estación. Vemos salir un tren. Hay poco movimiento.

Preguntamos fuera por nuestra Marshrutka (furgoneta). No hay muchas y enseguida damos con ella.

Esta vez si va a tope, incluido un señor sentado en el suelo. Hace un calor terrible. Salimos super puntuales, incluso unos minutos antes de la hora, 14:10 horas. Gracias a la velocidad y las trampillas del techo entra algo de aire, menos mal porque vaya sudada llevamos.

En 30 minutos llegamos a la frontera. El trámite en el control, por parte de los militares transnistrios es rápido. Entra uno y va recogiendo uno por uno todos los pasaportes mirándote a la cara y se los lleva. A las 10 minutos nos los devuelven sin poner sello y se quedan con el papelito que nos dieron. No sello, no constancia de haber estado.

Pasamos el Río Dniester y paramos en el control ucraniano. Una chica militar, que perfectamente podría ser una top model, de chica normal, no talla 32, sube y nos recoge uno a uno los pasaportes. En 20 minutos nos devuelven los pasaportes, está vez sí, con otro sello de Ucrania.

Volvemos a ponernos en marcha y a refrigerar los cuerpos con la entrada de aire. La carretera es pésima y vamos botando todo el camino. A las 16:30 horas llegamos a la Estación de Autobuses Privoz de Odessa.

Nos acercamos hasta el Mc Donald's que hay en la plaza para coger el tranvía 28 hasta el apartamento. Mola esto de ya conocer el lugar y moverte sin problemas. Llega enseguida y en 10 minutos estamos en nuestra parada.

Pero antes hacemos una breve parada para ver una iglesia. Es curioso que entres por una puerta y tengas que subir a un segundo piso para entrar realmente en la iglesia.

Según subíamos oímos cantos y ruido como de cascabeles. Llegamos a la puerta donde se entra a la iglesia y aparece un sacerdote joven vestido de azul claro y nos quedamos en un lado, seguido aparece el "párroco", tiene una foto, pero me contengo... con casulla azul y gorro redondo, todo con dorados. Lleva un incensario en la mano, cuando se acerca a nosotros, nos pregunta en inglés que de donde somos y nos bendice, eso o olemos muy mal y nos pasa el incensario para disimular, jajaja.

Ha sido una anécdota chula. Estamos un rato oyendo y nos vamos.

Enseguida llegamos al alojamiento. Nos abre el hijo y sale la madre a saludarnos. Le comentamos que no pudimos comprar billetes de tren para mañana y nos quedaremos 2 noches. Le enseñamos los billetes para cerciorarnos de que las fechas y horas son los que pensamos y si, está correcto. Nos dice que como salimos por la noche nos cobra medio día más, así podemos utilizar todo sin problemas. La decimos que ok.

Nos pegamos una ducha y nos vamos a dar un paseo a la playa. Está muy cerquita del alojamiento, solo tenemos que pasar un aparcamiento y bajar unas 250 escaleras.

Es buena hora, la puesta de sol tiene una luz perfecta.

Vamos caminando por el paseo marítimo, disfrutando, mirando... Tenemos hambre y miramos algún restaurante para cenar.

Después de descartar unos cuantos, nos decidimos por "La Veranda". Nos sentamos a unos metros del agua. Que más se puede pedir.

Pedimos mejillones con una salsa muy rica, 1/2 pollo deshuesado con salsa de tomate y 1 jarra de medio litro de cerveza cada uno. Todo muy bueno. Pero como nos hemos quedado con hambre, pedimos pescado frito (japutas), riquísimo.

Todo nos sale por 520 UAH. Volvemos a la casa, con un puntillo gracioso y paramos un momento en el super para comprar leche para desayunar mañana.

Saludos viajeros.