Revista Viajes

Titanes, Sagan y Beloki… así es La Cicloturista 2015

Por Rafael @merkabici

La locura de La Cicloturista 2015 arrancaba con el reto de La Titánica del domingo 6 de diciembre. El que escribe fue el culpable de aconsejar a Ángel Bara, organizador de La Cicloturista, montar un desafío así. Y creo que alguno (incluyo yo mismo) deseó que me hubiese estado calladito por una vez. Sobre el papel los número nos proponían una etapa de 118 kilómetros y 3.000 metros de desnivel en el mes de diciembre. Sobre la carretera se convirtió en una trituradora de ciclistas.

Titanes, Sagan y Beloki… así es La Cicloturista 2015
Como ya veníamos prevenidos de 2014 adelantamos el viaje y el sábado 5 de diciembre recibimos en la isla a los 'colombianos' de Utiel, Narci y Julián. Junto con Sergi, The Pink Cyclist, íbamos a ser la Grupetta del Team Ciclored para La Cicloturista. Una hora de bici, primera raya de moreno, un potaje canario de cena y a descansar para el domingo.

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Por delante ya se había marchado un grupito. Así que tocó unir fuerzas con los Peñabike para hacer un descenso rápido hasta la Aldea de San Nicolás e intentar atrapar a la cabeza de carrera. Misión imposible. Además... en la Aldea comenzaba el reto. Desde allí hasta la meta sólo 47 kilómetros de subida y unos 2.000 metros de desnivel acumulado. Tiempo para pensar y no hacer ninguna locura.

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En los siete siguientes daba tiempo a respirar. Una ligera bajada, rampas en las que meter el plato. Paso por Artenara y descenso hasta Tejeda, uno de los pueblos más bonitos de España, para avituallar, reponer líquidos y hacer trabajar psicológico.

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Acababa allí el reto... no, no. Giro a la derecha y a seguir subiendo. Otros cinco kilómetros de regalo hasta la cima... que estaba a 1760 metros. El Garmin marcaba consumo extra de calorías, así que a reponer con productos locales. Bebida isotónica de Aloveria, plátanos y barritas de gofio. La cerveza... debía esperar porque todavía quedaban 40 kilómetros de descenso.

En meta las caras marcaban el cansancio y la mezcla con el placer ciclista del deber cumplido. Del reto. De la superación de un límite cercano al sufrimiento. De un placer que sólo pueden experimentar los que ponen a trabajar a su cuerpo para conocer su umbral de esfuerzo y por el simple de hecho de conocer montañas y superar retos.

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