¿TLC entre Mercosur y Unión Europea?

Por Julianotal @mundopario
Leemos en el blog del Dr. Atilio Borón:
El Center for Economic and Policy Research basado en Washington, DC, publicó hace pocas semanas un informe sobre los resultados del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) veinte años después de su puesta en marcha. Vale la pena leerlo en momentos en que totalmente al margen de cualquier discusión pública los países del MERCOSUR -especialmente Brasil, Uruguay y Paraguay- están a punto de firmar un tratado equivalente con la Unión Europea. Por la poquísima información que se ha filtrado más allá de los despachos oficiales algunas de las cláusulas de dicho tratado son inclusive peores que las que contenía el ALCA, y sus consecuencias serán aún más deletéreas para los países del MERCOSUR. A continuación, un resumen de ese trabajo y el enlace para leerlo en su totalidad.
"¿El TLCAN ayudó a México? Una valoración tras 20 años"
Mark Weisbrot, Stephan Lefebvre y Joseph Sammut
El presente documento compara el desempeño de la economía mexicana con la del resto de la región en los últimos 20 años, basándose en los indicadores económicos y sociales disponibles, junto con el propio desempeño económico mexicano del pasado. Entre los resultados hallados: México ocupa el lugar 18 de 20 países de América Latina en cuanto al crecimiento del PIB real per cápita, la medida económica más elemental acerca de los niveles de vida; la tasa de pobreza de México en 2012 es casi idéntica a la tasa de pobreza de 1994; los salarios reales (ajustados a la inflación) en México fueron casi los mismos en 2012 que en 1994; el desempleo ha aumentado significativamente. Notamos que si el TLCAN hubiese tenido éxito restableciendo la tasa de crecimiento de los años antes de 1980 –cuando las políticas económicas desarrollistas eran la norma–, México hoy sería un país de ingresos relativamente altos, con un ingreso por persona significativamente mayor que el de Portugal o Grecia. Es discutible que la reforma de la inmigración se hubiera convertido en una cuestión política en los EEUU si no hubiera sido por el pobre desempeño de la economía mexicana durante los años del TLCAN.
Ver informe completo en:
http://www.cepr.net/index.php/other-languages/spanish-reports/iel-tlcan-ayudo-a-mexico-una-valoracion-tras-20-anos
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El informe de la CIPPEC

Con otro punto tenemos el de Cippec. La Cippec realizó un informe basado en una evaluación preliminar sobre los efectos que generaría en el país un TLC entre Mercosur y Unión Europea, a continuación algunos fragmentos

Los resultados presentados sugieren que un TLC con la UE tendría efectos 

económicos y sociales relativamente reducidos para la Argentina, al menos en el corto plazo. En el 
escenario que simula un acuerdo en las líneas del intercambio de ofertas realizado entre el 
MERCOSUR y la UE en 2004, las exportaciones argentinas al mercado europeo aumentarían 
alrededor de US$ 150 millones. El incremento podría alcanzar los US$ 240 millones en el caso de un 
TLC con un cronograma de liberalización como el intercambiado en 2006 por los dos bloques 
regionales. 
Estos resultados se explican por el nivel promedio relativamente bajo de los aranceles 
europeos y la reducida oferta de ampliación de las cuotas de exportación de los principales 
productos argentinos, fundamentalmente carne bovina y trigo, realizada hasta el momento por la 
UE. De hecho, los mayores incrementos en las ventas argentinas a la UE se producirían en los 
escenarios que contemplan una reducción en los derechos de exportación sobre los productos 
primarios y manufacturas de origen agropecuario por parte de la Argentina. 
Por su parte, los productos más beneficiados por el TLC serían las carnes bovinas –
fundamentalmente como respuesta a la ampliación de la cuotas de importación europea-, algunos 
alimentos procesados y ciertas producciones regionales. Asimismo, las simulaciones realizadas 
para todos los escenarios sugieren aumentos significativos en las importaciones de productos 
manufacturados desde la UE. 
Más allá de los moderados efectos del acuerdo en los productos actualmente exportados a la 
UE, un simple ejercicio casuístico presentado en esta sección identificó una serie de “nuevas 
exportaciones” al mercado europeo cercanas a los US$ 6 mil millones. Aun con sus limitaciones, 
este ejercicio sugiere que las ganancias potenciales del acuerdo podrían ser más elevadas que las 
estimadas hasta el momento por la literatura existente, al menos en el mediano y largo plazo. 
A nivel provincial, por su parte, más del 70% del aumento en las exportaciones al mercado 
europeo causado por el acuerdo se concentraría en tres provincias: Buenos Aires, Santa Fe y San 
Luis. Sin embargo, San Juan, Mendoza, y en menor medida, Corrientes, experimentarían 
incrementos significativos en las exportaciones del sector agrícola a la UE. En las últimas tres 
provincias, el agro tiene una participación de más del 10% en el empleo total privado. 
Asimismo, los resultados de las microsimulaciones sugieren que un TLC MERCOSUR-UE 
tendría también efectos moderados sobre la pobreza y la indigencia en la Argentina. En el caso de 
la pobreza, los incrementos fluctuarían entre 0.15% y 0.40% dependiendo del escenario simulado, 
con subas aún menores en el caso de la indigencia. El GBA y el NOA serían, por su parte, las 
regiones que experimentarían los mayores incrementos, explicando, de esta manera, la mayor parte 
de la suba en los indicadores nacionales. Estos resultados se explican, en gran parte, por el 
incremento relativo en los precios de los productos alimentarios en el mercado doméstico argentino 
como resultado del TLC. Los efectos positivos del acuerdo sobre el mercado laboral, y en 
consecuencia, en los ingresos de los empleados, no alcanzan a contrapesar estos impactos negativos 
en el consumo.
(...)
El TLC con la UE es la principal arena de negociación extra-regional del MERCOSUR, y en 
particular de la Argentina. La UE continua siendo un socio clave para el bloque regional, como 
destino de exportaciones y fuente de importaciones e inversión extranjera directa. 
Sin embargo, cambios estructurales recientes en la UE y el MERCOSUR disminuyen las 
posibilidades de una conclusión exitosa de la negociación, al menos en el corto-mediano plazo. Por 
un lado, la crisis económica en la Eurozona aumenta los incentivos de los sectores productivos 
europeos potencialmente “perdedores”, sobre todo vinculados con la actividad agroindustrial, a 
oponerse al acuerdo. Asimismo, la reducida oferta del MERCOSUR, y en particular de Brasil, a una 
liberalización significativa en sectores europeos “ofensivos”, como servicios financieros, 
telecomunicaciones y compras gubernamentales, disminuye el atractivo del TLC para la UE.
Por el otro lado, la combinación de un contexto de precios elevados de los productos 
primarios, la aparición de mercados de exportación alternativos, sobre todo en el Sudeste Asiático, 
para los sectores con ventajas comparativas, y la relativamente reducida oferta de liberalización 
europea, reduce los incentivos de los sectores “ganadores” en el MERCOSUR de apoyar el TLC. A 
este complejo marco de situación, se agrega una renovada ola de medidas de restricción a las 
importaciones y el movimiento de capitales, sobre todo en los socios principales del MERCOSUR, 
que agrega tensión a las relaciones entre los dos bloques regionales. De esta manera, la negociación 
del TLC aparece como un tema no prioritario de los gobiernos de la UE y el MERCOSUR como 
resultado de múltiples temas internos.
las ganancias del acuerdo estarían fuertemente concentradas en el sector 
primario, y en particular, en la producción agropecuaria (especialmente, cereales y carnes bovinas). 
Algunos sectores industriales, como las autopartes automotrices, enfrentarían una mayor 
competencia de productos europeos. A nivel regional, el acuerdo beneficiaria mayormente a la 
Región Pampeana y Cuyo; con el 70% del aumento en las exportaciones a la UE explicado por tres 
provincias: Santa Fe, Buenos Aires y San Luis. La competencia importadora europea, por su parte, 
se concentraría en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Más allá de las ganancias económicas, el fracaso de la negociación regional entrañaría un 
costo no trivial para la Argentina: abrir la puerta a un acuerdo bilateral de la UE con Brasil. Un 
tratado de ese tipo perforaría las preferencias comerciales para los productos argentinos en el 
mercado brasileño, sin mejorar su acceso al mercado europeo.
Dejando de lado cuestiones coyunturales, un problema con la negociación en su estado actual 
es su ambiciosa meta final: un TLC tradicional de "single undertaking" (acuerdo en todos los temas), 
que dificulta alcanzar un entendimiento satisfactorio, como ilustran las dificultades de la Ronda 
Doha de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Una salida posible al laberinto actual, sería 
alcanzar un tratado de preferencias y disciplinas limitadas entre la UE y el MERCOSUR. A 
diferencia del acuerdo original, al comienzo de las negociaciones, este tratado acotado reduciría la 
negociación a un conjunto de temas positivos para la Argentina, como denominación de origen, 
desarrollo sustentable, propiedad intelectual, y por supuesto, acceso al mercado agroalimentario. 
Un acuerdo regional como el propuesto no solo sería políticamente más viable sino también 
evitaría la posibilidad de un acuerdo bilateral de Brasil con el bloque europeo.
el documento completo: http://www.cippec.org/documents/10179/51827/DT+108.pdf/df67567e-b6d2-4151-bedf-f955b0cf3d0b