TMB no se detiene los trenes aunque haya un animal en las vías

“Los usuarios de TMB tienen que saber que si, por mala suerte se les escapa el perro, los trenes no van a detenerse”

El Partido Animalista considera que hay una grave falta de formación e información a los empleados de TMB de cuál es el protocolo de actuación cuando un animal se extravía en las instalaciones de TMB.

En Barcelona, el domingo 6 de diciembre a las 8 de la tarde se produjo una parda temporal del metro de la línea 3 entre las estaciones de Mundet y Trinitat Nova. “Un conductor creyó haber visto a una persona en las vías en Valldaura”, nos cuentan fuentes de TMB. Al poco tiempo se supo que no era una persona, sino un perro perdido que a los pocos minutos llegó a la zona de maniobra de Trinitat Nova. Cuatro trabajadores del Metro se acercaron para garantizar su seguridad, dos de ellos empezaron a calmar al perro cuando, de repente, otro de los trabajadores abrió la puerta de la salida de emergencia de la zona. El perro se asustó y salió huyendo a la calle. Esta salida da al lado montaña de la Avenida Meridiana, una zona con muchísimo tráfico. Según se les ha dicho a los trabajadores, había fuera un equipo de vigilantes de seguridad para encargarse de recoger al perro y llevarlo a una protectora. Los trabajadores presentes desmintieron tal hecho e incluso indicaron que los conductores de la zona se asustaron por la salida súbita del perro.

Muchos trabajadores, informados de lo acontecido, han querido saber más de lo sucedido y han descubierto que existe un procedimiento para los animales que aparezcan en las vías del metro, del cual no se les informa y al que ha tenido acceso PACMA. Este procedimiento indica que “se limitará la velocidad”, no dice cuánto, “del tramo afectado, intentando en todo momento evitar el daño al animal, sin necesidad de detener la circulación”. Lo que significa que el animal puede ser golpeado sin querer, ya que los trenes no se van a detener. También añade que: “Desdel Centro de Control se velará por que la intervención tenga la menor afectación posible en la circulación, minimizando el tiempo de parada y evitando servicios parciales”, y que: “El Supervisor del Centro de Control podrá abortar la operativa en cualquier momento”. Según fuentes de TMB esto se traduce en “la política de la empresa, que siempre es seguir con el servicio adelante, pase lo que pase y haya lo que haya en las vías”. En las observaciones de este Procedimiento se añade que: “En ningún caso se dispense maltrato al animal, actuando de manera proporcional para ocasionar el menor riesgo de dañar al animal”, cosa que se contradice con la insistencia en que la circulación de trenes no debe detenerse.

Desde PACMA consideramos este protocolo insuficiente y poco ético respecto al trato con los animales. Por un lado han permitido a los ciudadanos que puedan viajar con sus mascotas pero por otro lado, si la pierden por accidente, resultan atropelladas debido a la falta de sensibilización de los protocolos establecidos.

Por parte de los trabajadores de TMB muchas voces se quejan de este protocolo, y dejan claro que “No se habría detenido el servicio si el conductor no hubiera confundido al perro con una persona”, además de señalar que “Los usuarios tienen que saber que si, por mala suerte se les escapa el perro, los trenes no van a detenerse gracias a este protocolo. Así que lo más probable es que su perro muera en el metro” y añaden que “Aunque nos digan que vayamos a 15km/h a esa velocidad incluso menos, un Metro contra un perro és una muerte segura“.

También recuerdan que hace pocos años, un perro estuvo durante 12 horas en los túneles del Metro y sí se realizó este protocolo de no detener los trenes “a pesar de que los viajeros bajaban a la vía para intentar coger al perro. Los trenes hubieran podido matar a alguien pero siempre dicen que es la política de la empresa”.