A lo largo de los próximos días se redactarán una serie de tres posts, con el fin de conocer mejor el proceso de construcción europea y el interés de los jóvenes por Europa. El primero de ellos se va a centrar en su modelo de construcción (basado en el espíritu de paz y cooperación) así como en la opinión actual de la juventud sobre la Unión Europea.
Parlamento Europeo. Elecciones 2014: Utiliza tu poder. Tú puedes decidir quién dirige Europa
Durante esta serie de posts intentaremos dar respuesta a diferentes interrogantes. ¿Cuál es el punto de vista de la juventud acerca de Europa? ¿Ha calado entre la población el sentimiento europeo? Estas preguntas se nos formulan en el día en el que se cumplen 64 años de la denominada "Declaración Schuman".El Presidente alemán Joachim Gauck y el Presidente francés François Hollande / Dernières Nouvelles D'Alsace (04/09/2013)
De enemigos a hermanos: la formación del espíritu europeo La construcción de Europa toma como principal punto de partida la Declaración Schuman, que como ya hemos recogido antes, surge de la necesidad deun acuerdo de colaboración económica para impulsar un sector estratégico que condujera hacia una mayor prosperidad. Lo significativo de esta declaración es que está basada en los principios de Paz, Cooperación, y Prosperidad, y así lo quisieron Robert Schuman y Konrad Adenauer (ministros de exteriores francés y alemán) quienes forman parte, entre otros, de los Padres Fundadores de la UE y representan la esencia de su espíritu. La Declaración Schuman fue el modelo de inspiración a la hora de construir lo que actualmente conocemos como Europa: creación progresiva de instituciones que responden a los intereses de los países que la forman. Un modelo destinado a integrar gradualmente las particularidades de cada país miembro, para evitar el rechazo al proyecto. El objetivo de la Declaración fue la creación de intereses conjuntos para evitar más conflictos entre dos países que se habían enfrentado en dos Guerras Mundiales en menos de 50 años. Las guerras mundiales redujeron a cenizas la mayor parte de Europa, causando más de 60 millones de muertos. El resultado fue desolador: familias enteras rotas y toda una generación masacrada por la guerra. Aquí reside la verdadera importancia del acuerdo llevado a cabo: evitar estas situaciones tan dramáticas en el futuro. El futuro está en Bruselas Este espíritu europeo, sólo 60 años más tarde parece que empieza a calar entre nosotros, los más jóvenes. Quizá la actual situación política, económica y social está ayudando a despertar esta conciencia europea. Actualmente un tercio de los jóvenes apostamos ya por la movilidad, viendo a Europa como un territorio a explorar. Un lugar que quizá nos ofrezca un futuro esperanzador, porque si hay algo que deberíamos tener claro es que no somos una generación perdida. Es un buen momento para apelar a ese espíritu europeo especialmente en estas horas bajas.