Esta podría ser una entrada dedicada a Wed y el ayuno consumidor al que se ha sometido voluntariamente. Sería una entrada elegante y con un gracejo sosegado. Pero ya saben ustedes que yo glamour gasto más bien poco y sin embargo lo de ser cansina con los temas de siempre lo llevo a gala. Así que perdónenme de antemano por tirarme de cabeza a la piscina calentorra de la vivienda en la que tanta gente se ha hecho pis.
Años ha que tengo un Excel tamaño vamos a consolidar las cuentas del grupo Telefónica que elaboré para explicarles a mis allegados porqué a veces compensa alquilar en lugar de comprar. Mi madre me mira todavía como si quisiera cobrarme la herencia en vida. Sólo convencí a mi amiga la de Albacete y a punto estuvo de costarle en matrimonio después de seis meses sin encontrar una casa de alquiler tras haber vendido la suya. Salvado este lapso de ligera angustia vital creo que los dos están mucho más contentos con la solución habitacional que ahora tienen.
Cuenta la leyenda urbana que comprar una vivienda es ahorrar mientras que alquilar es tirar el dinero por la ventana. Mire usted por donde no siempre es así. Si usted compra una vivienda a tocateja no es que ahorre, el dinero ya lo tenía, sino que evita gastarlo en otra cosa. No es lo mismo. Si al final cuando la venda, ésta se ha revalorizado lo suficiente para compensar los años de derramas y pequeñas reformas, los gastos de comunidad, los IBIS, seguros y demás impuestos y gastos asociados pues puede que entonces haya ahorrado algo. En un mercado normal, no esta locura sin sentido que hemos vivido en España en los últimos años, suele ser lo comido por lo servido. Invertir el dinero que tenemos, no el que le pedimos al banco, en vivienda puede ser interesante cuando se prevén años de mucha inflación pero esto es otra guerra.
Para los que no heredamos emporios inmobiliarios la vivienda es un gasto, no un ahorro. Lo cual es normal puesto que cubre la mayoría de nuestras necesidades básicas como el cobijo, mantener la temperatura corporal, privacidad o seguridad. Hay un consenso bastante extendido que conviene que lo financieramente sano es gastar aproximadamente un tercio de los ingresos en vivienda. Para llegar más o menos holgados a fin de mes. Esto suele estar regulado por ley y no puedes hipotecarte o alquilar una vivienda por más de esta cantidad. En España este detallito nos lo hemos pasado por el forro de la entrepierna.
Les voy a contar porqué los alemanes, aunque son más ahorradores que nosotros, son mucho más reticentes a comprar una vivienda hasta bien entrados los cuarenta. Los números son claros meridianos: En general, no hablamos de chollos manifiestos o ciertas zonas que pueden sufrir revalorizaciones puntuales, si tienes que pedir prestado el dinero comprar compensa a largo plazo pero no a corto. A corto te salen más caros los gastos asociados a la compra y los intereses que pagas por el dinero que no es tuyo que un alquiler equivalente. Además en general puedes alquilar una casa mejor de la que te puedes comprar.
El horizonte exacto en el que empieza a compensar comprar depende del caso particular de cada uno pero, a groso modo, para el común de los mortales está entre siete y diez años. Esto quiere decir que a menos que pienses vivir en una casa cerca de un lustro gastarías menos dinero alquilando que comprando.
Lo que hemos vivido en España ha sido un espejismo imposible de riqueza indiscriminada del que nos va a costar mucho apearnos. No nos hagamos trampas al solitario. Lo primero que está haciendo el mercado inmobiliario es corregirse y hasta que esté corregido por mucho que se saquen de la manga un banco malo malísimo para intentar amortiguar la caída los precios no subirán y muchos seguirán cayendo. Cuando esté corregido éste será un mercado como todos, interesante para unos pocos expertos con posibles y del montón para los demás.
Como debe ser.
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