To Kill a Mockingbird: El mundo de los adultos a través de los ojos de una pareja de niños.

Publicado el 09 abril 2010 por Fantomas
“To Kill a Mockingbird” (1962), es un drama del director Robert Mulligan, el cual está protagonizado por Gregory Peck, Mary Badham y Phillip Alford.
Una mujer blanca acusa a Tom Robinson (Brock Peters), un hombre negro, de haberla violado. Aunque la inocencia de este hombre es obvia, se intuye de antemano cuál será la resolución del juicio y, en consecuencia, ningún abogado se ofrece a ayudarlo. Es ahí cuando aparece Atticus Finch (Gregory Peck), un hombre viudo padre de dos pequeños niños (Mary Badham y Phillip Alford), cuya compasiva defensa le traerá más de un problema en un pueblo dominado por el racismo y la ignorancia.

En 1960, la escritora Harper Lee publicaría la novela semiautobiográfica “To Kill a Mockingbird”, la cual la haría merecedora del premio Pulitzer al año siguiente. La historia acerca de un valiente abogado que se atrevía a defender a un hombre negro acusado de violación durante la Gran Depresión, no tardó en llamar la atención de los ejecutivos de la Universal quienes comenzaron a negociar la realización de una adaptación con la escritora. Si bien los ejecutivos del estudio le habían ofrecido el papel de Atticus Finch a Rock Hudson, la producción se vio retrasada debido a que debían esperar a que el proyecto le resultara atractivo al productor Alan J. Pakula y al director Robert Mulligan. Cuando ellos se interesaron en la adaptación, no les gustó la idea de que Rock Hudson interpretara a Atticus Finch, por lo que se apresuraron en enviarle a Gregory Peck una copia de la novela de Harper Lee. Afortunadamente para ellos, a Peck le encantó la historia por lo que inmediatamente aceptó integrarse al proyecto. Como dato curioso, James Stewart rechazó el rol del abogado debido a que pensaba que la historia era “demasiado liberal”, por lo que temía que la cinta resultara ser controversial.
El reparto lo completarían los debutantes Mary Badham y Phillip Alford, quienes interpretarían a los hijos de Atticus Finch; el actor afroamericano Brock Peters, quien hasta ese momento había interpretado mayormente a villanos en el cine; y un joven Robert Duvall, quien fue contratado para interpretar al misterioso Boo Radley luego de que el guionista Horton Foote quedara impresionado con la interpretación del actor en la obra “The Midnight Caller”. Con respecto a Duvall, con el fin de preparar el rol que lo ayudaría a saltar a la fama, el actor permaneció a la sombra por seis semanas y tiñó su cabello rubio para tener la apariencia de alguien que ha permanecido la mayor parte de su vida encerrado en un sótano. Peck también demostró una gran preocupación a la hora de preparar su personaje. Junto a Pakula y Mulligan, el actor viajó a Alabama para conocer al padre de Harper Lee. Fiel a la historia, Amasa Lee fue un viudo que tuvo que cuidar a sus hijos solo, al mismo tiempo que se preparaba para defender a cualquier hombre de color que fuese falsamente acusado de crímenes que no cometió. El hecho de conocer al hombre que inspiró la novela fue de suma ayuda para Peck, al punto que cuando Harper Lee vio por primera vez a Peck interpretando su papel, no pudo evitar romper en llanto.

Como mencioné anteriormente, la historia se desarrolla durante la época de la Gran Depresión. Los estados del sur se ven especialmente afectados por la crisis, al mismo tiempo que las pequeñas ciudades se ven amenazadas por la miseria, el racismo y la ignorancia. Es en este mundo desolador que se desenvuelven los hijos de Atticus Finch, Jem (Phillip Alford), de diez años, y su hermana pequeña Scout (Mary Badham), quienes desde su inocencia ven su diario vivir como una gran aventura. Para ellos un neumático viejo se convierte en un juguete sensacional; unos muñecos de jabón, un reloj roto y una navaja en un tesoro bien guardado. Sin embargo, gran parte de su atención se dirige a la casa del misterioso Boo Radley, un hombre al que nadie ha visto en años y sobre el cual yacen una serie de leyendas. Pero también logra llamar su atención el caso más reciente de su padre, el cual si bien no logran entender del todo, desafía los principios de tolerancia y compasión con los que han sido educados.

En esencia, “To Kill a Mockingbird” es un relato acerca de los fugases días de nuestra niñez, razón por la cual gran parte de la historia es relatada desde la perspectiva de los niños. Es por este motivo que la cinta le dedica una buena cantidad de tiempo a las vivencias de los pequeños durante el lapso de un año, comenzando con sus vacaciones de verano donde conocen a su nuevo vecino Dill (John Megna) quien los acompañará en sus pequeñas aventuras, al mismo tiempo que a su padre le es asignada la defensa de Tom Robinson. En sus excursiones, Jem y Scout se ven enfrentados al bien y el mal, pero se protegen del horror del mundo de los adultos con el poder de la imaginación. Su inocencia y curiosidad los llevan a involucrarse en situaciones que no comprenden del todo y que incluso en ocasiones las interpretan como un juego, pero que de todas formas afectan su entorno. Un buen ejemplo de esto es la escena que ocurre en el frontis de la cárcel, donde una turba de linchamiento le exige a Atticus que entregue al acusado. Es en ese momento que Scout desarma la agresión, de la que apenas es consciente, con una serie de curiosas preguntas calman a la turba iracunda.

Si bien durante la primera mitad de la cinta no se le da demasiada importancia a la trama judicial, en la segunda mitad pasa a ser el centro de interés ya que somos testigos del juicio, de su resolución, y de cómo este afecta las vidas de los involucrados. En líneas generales, toda la secuencia del juicio está dominada por una atmósfera tensa y emotiva, que culmina con una enternecedora manifestación de respeto de la población de color hacia Atticus. Las actuaciones en general son espectaculares. Mary Badham (quien fue nominada al Oscar a la mejor actriz secundaria) y Phillip Alford realizan un estupendo trabajo como los curiosos y hermanables hijos de Atticus, al igual que Robert Duvall con su respectivo papel, quien pese a aparecer tan sólo unos minutos deja una profunda impresión. También cabe destacar a James Anderson, quien interpreta de buena manera al padre de la mujer violada, un hombre que es la encarnación del odio y del prejuicio que reinaba en aquella época y que aún persiste en el corazón de algunas personas cuya visión del mundo es bastante limitada. Sin embargo, la estrella indiscutida de la cinta es Gregory Peck, cuya interpretación del correcto y valiente abogado que no sólo debe enfrentarse al odio de una comunidad sumida en la pobreza, sino que también debe educar en solitario de la mejor forma posible a sus dos pequeños hijos, le valió el Oscar al mejor actor.
En total, “To Kill a Mockingbird” recibiría ocho nominaciones al Oscar entre las que se encuentran mejor película, mejor fotografía (Russell Harlan), y mejor banda sonora (Elmer Bernstein). Finalmente la cinta ganaría tres premios Oscar. Además del galardón obtenido por Peck, Horton Foote ganaría el de mejor guión adaptado, y Alexander Golitzen, Henry Bumstead, y Olivier Emert ganarían el Oscar a la mejor dirección de arte. Con respecto a este último galardón, la Universal no escatimó en gastos a la hora de recrear la ciudad natal de Harper Lee, Monroeville. Durante un recorrido por Los Ángeles fueron rescatadas una serie de casas que estaban a punto de ser demolidas, las cuales tenían el aspecto preciso que se requería para retratar a una ciudad golpeada por la Gran Depresión. La cinta de Mulligan es uno de esos clásicos incombustibles, una verdadera obra de arte que no ha perdido un ápice de su encanto con el paso del tiempo. El guión de Horton Foote da pie al drama, la comedia, la nostalgia, la cruda realidad, y al horror del mundo de los adultos que de vez en cuando irrumpe de manera aterradora e impredecible en el mundo infantil. La cinta además presenta algunos guiños a los cuentos infantiles, en especial en la escena donde Jem y Scout van caminando por el bosque al mismo tiempo que una nefasta presencia los acecha emulando al lobo feroz de los cuentos. En definitiva, “To Kill a Mockingbird” es un clásico con todas sus letras, razón por la cual no resulta extraño que el 2003 el American Film Institute reconociera a Atticus Finch como el héroe más importante de la historia del cine.



por Fantomas.