Vamos tocando el final de esta historia. Ha durado lo que dicen que dura un matrimonio más o menos sin acabar en la desidia. Terminamos casi de la misma manera que empezamos, "fluyendo como el agua". Ha sido un proceso cíclico de alguna manera extraña. Ahora toca o avanzar o la retirada. No hay otra, creo. Lo drástico oculta las penas -eso dicen por ahí-. Pero se dicen muchas cosas sin que tenga atisbo de verdad. Durante este tiempo lo esencial ha estado dominado por el eclepticismo y cierto nihilismo intríseco al carácter del narrador. La temática no ha sido escogida por un plan predeterminado, sino por el puro azar inconsciente, sin embargo, repasando, podría decirse que hay cierta conexión, aunque también puede ser imaginación mía. Ha habido cientos de erratas, pero teniendo en cuenta que muchos dudaron que llegara a escribir comprensiblemente, me doy por satisfecho. No hay nada más estimulante para uno mismo como demostrar los errores de los demás a pesar de todo. Tal vez le cambie el nombre al blog, y tal vez elimines todos los post. Borrón y cuenta nueva, pero puede ocurrir que no lo haga. Todo pasa. También dicen. Pero siendo de esos que no se retiran, hay cierta probabilidad que elija avanzar. ¿Hacia dónde? Siempre he sido muy del azar emocional. Espero que hayan disfrutado. Aunque todavía queda muchas cosas que contar, llega el momento que hay que contarlas de forma distinta, porque incluso la originalidad termina agotada en el tiempo. Ah, tiempo, cómo me gusta ese concepto. En fin, lo dicho, que hayan disfrutado de este personal y humilde blog.