Entre los dos se zamparon los dulces. Ni que decir tiene, que su amigo le estuvo eternamente agradecido por el gesto y que mi padre estuvo dos días "encamado" por la indigestión y mis abuelos sin entender el motivo.
Pues bien, todo esto viene a cuento porque para David, mi padre, sus pasteles favoritos eran los petisús( petit choux) o profiteroles y el tocinillo de cielo. Según él, el bocado más suave, fino y dulce que se podía llevar a la boca.
Hoy mi receta, nuevamente va dedicada. Lástima que no pueda probar mi tocinillo, estoy segura de que, le hubiera encantado.
TOCINILLO DE CIELO
6 yemas de huevo (las claras se pueden congelar para otra preparación)250 grs. de azúcar blanquilla125 ml. de agua
caramelo líquido para el molde
Esta es una receta que a priori parece difícil y complicada porque el resultado es espectacular. Pero nada más lejos de la realidad, ya veréis.
En primer lugar, caramelizamos un molde. Yo he utilizado uno de cristal de 12 x 12 cms.
En un cazo, ponemos el agua y el azúcar para preparar un almíbar. Coceremos durante unos 15 minutos a fuego suave hasta que alcance el punto de hebra. Y me váis a preguntar; ¿como sabemos cuando está en su punto? pues cogiendo un poco entre los dedos pulgar e índice (cuidadín de no quemaros) y al separar los dedos, se forma un hilo. Lo tenéis? pues ya está ! Dejamos que pierda calor.
Por otro lado, batimos las yemas de huevo y una vez el almíbar esté templado, las vamos añadiendo a la mezcla y al mismo tiempo revolvemos con las varillas. Si vemos que por efecto del calor, las yemas tienden a cuajarse, una vez hecha la mezcla, pasamos el resultado por un colador para eliminar impurezas.
Hecho ésto, lo vertemos sobre el molde caramelizado y lo introducimos a baño Maria y posteriormente en el horno a 170ºC durante unos 35-45 minutos. Ya sabéis que los tiempos son orientativos dependiendo de cada horno.
Antes de retirarlo del horno, lo pincháis para ver si el palillo sale limpio. Más o menos como haríais con un bizcocho o un flan.Dejáis enfriar antes de desmoldar. Una vez frío, volcáis en una fuente y lo cortáis en cuadraditos para su presentación. Bueno, eso es lo que hice yo, vosotros podéis cortarlo como más os guste.
Nota: os aviso, el tocinillo si está bien hecho, es bastante escurridizo. Os fijáis como el cuadradito se ha desplazado de su lugar inicial? pues eso Texto y fotografías: Pilar Martínez
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LA COCINA DE LECHUZA