Es curioso como con sólo dos ingredientes, huevo y azúcar, se puede obtener un resultado tan maravilloso. Si aún lo lo habéis probado, no podéis tardar mucho más en hacerlo, es una maravilla.
Estas yemas sobrantes se solían llevar a los conventos, donde las monjas elaboraban dulces, y en el Convento de Espíritu Santo, según cuentan, allá por el año 1.324, apareció el primer tocino de cielo.
Yo los he preparado individuales, por lo que el tiempo se ha reducido a 25 minutos, pero en un molde más grande el tiempo rondará los 40 minutos, cuando tenga la consistencia de un flan.
Vamos pues a la receta.
Ingredientes:
12 yemas de huevo + 2 huevos enteros450 gr de azúcar250 gr de aguaCaramelo para el molde (o azúcar tostada)
1. - Lo primero que haremos será un almíbar con el agua y el azúcar, que pondremos en un cazo a fuego medio y dejaremos hervir entre 15 y 20 minutos.
2. - Mientras se enfría el almíbar, vamos caramelizando el molde o, en mi caso, los moldes.
3. - En un bol ponemos las yemas junto con los 2 huevos enteros y con un batidor de mano NUNCA UNA BATIDORA ELÉCTRICA,
mezclamos las yemas lo justo hasta que queden ligadas.
4. - Encendemos el horno a 200º y ponemos la fuente con un poco de agua, para el "baño maría".
5. - Cuando el almíbar esté templado lo iremos incorporando a las yemas pero en forma de hilo, poco a poco y mezclando a la vez.
6. - Una vez está todo mezclado, lo pasamos por un colador, para evitar que quede algún trozo de huevo. Y lo volcamos en el molde caramelizado.
7. - Lo metemos en el horno, sobre el agua , 40 minutos si es grande o 25 si son pequeños.
8. - Lo dejamos enfriar en la nevera y desmoldamos en el momento de servir.
Y aquí está!!!!
Feliz y dulce fin de semana!!!!!