¿Tocó fondo el precio del oro?

Publicado el 04 julio 2013 por Agendabursatil
Ante la aparente estabilización del dólar y el euro como monedas de reserva, 
el oro ha perdido cierto atractivo como tal. El primer semestre del año ha sido el peor desde 1997 para el precio del oro, que registró una caída de aproximadamente 35%, llegando incluso a romper brevemente la barrera psicológica de los 1,200 dólares por onza por primera vez desde el 2010.


Este ajuste se da después de un periodo prolongado de alza que duró casi 12 años y que culminó en septiembre del 2011, cuando el precio del oro alcanzó un nivel de 1,900 dólares por onza, aunque después de una recaída, el oro se acercó a este máximo histórico de nuevo en octubre 
del 2012.
El reciente comportamiento del precio del oro ha desatado un debate sobre si el precio del oro ha tocado piso y está a punto de rebotar o si la reciente baja es apenas el principio de un ajuste más profundo que podría llevar al oro a niveles cercanos a 600 u 800 dólares por onza.
Los que argumentan que el precio del oro ha tocado fondo aluden a los últimos periodos fuertes de corrección que ha tenido el oro en octubre del 2008, en enero del 2009 y en septiembre-diciembre del 2011.
En aquellas ocasiones, el precio del oro sufrió correcciones de entre 20 y 30% aproximadamente, seguidas de una recuperación pronunciada en todos los casos.
Los que mantienen una postura más optimista también argumentan que el atractivo del metal dorado como refugio ante presiones inflacionarias podría jugar un papel importante en los próximos años, ante la resaca de la liquidez sin precedente que se ha inyectado en los mercados.
Por otro lado, los que argumentan que el ajuste en el precio del oro continuará sugieren un panorama global donde el crecimiento económico continúa robusteciéndose y donde el riesgo sistémico de una nueva debacle sigue disipándose.
Para los que están en este lado del debate, el oro ha dejado de ser un activo de inversión para protegerse de la inflación y se ha convertido principalmente en un activo refugio ante episodios de pánico y riesgo sistémico pronunciado, como el que se vivió en el periodo 2008-2009 y durante diferentes momentos en el 2010, el 2011 y el 2012.
La dinámica de oferta y demanda del oro sin duda ha cambiado en los últimos meses.
La demanda por el metal precioso ha disminuido notablemente entre los inversionistas no institucionales – es decir, entre personas físicas–, lo cual se ve reflejado en una masiva salida de recursos de Exchange Traded Funds, que replican el comportamiento del oro como el GLD.
Adicionalmente, ante la aparente estabilización del dólar y el euro como monedas de reserva, el oro ha perdido cierto atractivo como tal y las compras masivas del metal, que parten de los bancos centrales, se han desacelerado.
Sin embargo, también es cierto que la oferta de oro no crecerá al ritmo que se esperaba en los próximos años.
Ante la disminución en el precio del oro, varias compañías mineras han anunciado que pospondrán la explotación de nuevas minas por un par 
de años.
Como hemos mencionado en este espacio, es probable que el oro mantenga su tendencia a la baja ante un escenario de riesgo sistémico decreciente y donde los bancos centrales comienzan a retirar liquidez de manera ordenada y ante evidencia clara de una mayor tracción en la recuperación económica.
Sin embargo, cualquier repunte en la aversión al riesgo, como la observada ayer por las tensiones en Egipto, podría traer un repunte, probablemente temporal, en el precio 
del oro. - Por: Joaquín López-Dóriga Ostolaza - ElEconomista.